Por: Carlos Meneses

En una nota editorial aparecida en este diario criticamos la medida de enviar a Vizcarra a Ancón II y ahora expresamos satisfacción por la decisión anunciada de devolverlo a Barbadillo.

El ministro de Justicia Juan José Santiváñez convocó a una reunión de prensa ayer por la mañana para, en 4 minutos, anunciar que Martín Vizcarra volverá a Barbadillo, a la misma celda en la que estuvo a lado de Ollanta Humala. Cuando la prensa preguntó por los motivos de la determinación la única respuesta del titular de la cita cartera ministerial fue que no debía olvidarse que Vizcarra había sido presidente del Perú.

El señor Santiváñez procedía de esta manera por haber recibido instrucciones que provendrían del jefe del gabinete y también de la propia presidenta Dina Boluarte.

El cumplimiento de la orden era de inmediata realización y se cumplió con retirar a Vizcarra del penal común de Ancón II y devolverlo a su prisión preventiva original en Barbadillo. La medida tiene consecuencias importantes porque significa un cambio en una decisión que se puede atribuir a la propia presidenta y al ministro de Justicia.

Vizcarra ha declarado sentirse satisfecho con la determinación y que seguirá cumpliendo con las responsabilidades correspondientes y acudiendo a las citas que le curse el tribunal que le interrogará.

También hay un cambio en la actitud de la mandataria que ha decidido tener una cita con el Consejo de Seguridad Nacional a la que ha sido invitada la Fiscal de la Nación, antes ausente de aquellas reuniones.

Son cambios convenientes a todas luces y pueden estar significando una modificación en la política en el más alto nivel del gobierno para buscar un acercamiento con todos los sectores políticos y representativos de la Nación.