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El pasado 28 de agosto, el Consejo de Ministros aprobó el Proyecto de Ley de Presupuesto del Sector Público para el Año Fiscal 2026, el último del actual gobierno. El presupuesto asciende a S/ 257 562 millones, lo que representa un incremento de 2.3 % respecto al presupuesto institucional de apertura (PIA) del 2025. A primera vista, el crecimiento del presupuesto luce moderado; sin embargo, la composición del gasto muestra cambios preocupantes: un repunte en gasto destinado a salarios públicos a costa de una menor inversión pública, tendencia que se replica con fuerza en Arequipa.

A nivel nacional, el gasto en personal y obligaciones sociales alcanzaría S/ 93 538 millones, lo que implica un aumento de 11.8% respecto al PIA 2025. En Arequipa, el Gobierno Regional destinaría S/ 1 836 millones a este componente, con un incremento de 14.8 % frente al PIA 2025 y de 8.3 % respecto al PIM al cierre de agosto. En 2026, dicho gasto representaría el 64 % del presupuesto total del GORE, superando en 5.4 puntos porcentuales al PIA 2025, es decir, la entidad está compuesta cada vez más por un gasto rígido destinado a sueldos y otros gastos administrativos. En contraste, la inversión de capital se reduciría al 22.3 % del presupuesto, 6.7 puntos menos que en el PIA 2025, lo que genera una enorme preocupación pues son estos recursos los que generan un mayor beneficio a la población. Además, esta asignación es contradictoria con el comportamiento que han tenido este año, considerando que, al cierre de agosto de 2025, el Gobierno Regional de Arequipa presenta la ejecución de presupuesto para proyectos más alta entre todos los gobiernos regionales.

Un escenario similar se presenta en los Gobiernos Locales de Arequipa, a los cuales se le asignarían S/ 444.7 millones a remuneraciones y obligaciones sociales, 8.2 % más que el PIA 2025 (S/ 411.1 millones). Para 2026, este gasto equivaldría al 23 % de su presupuesto total, 5 puntos porcentuales más que en el PIA 2025. Sus gastos de capital representarían el 48.8 %, lo que supone una caída de 3.3 puntos respecto al PIA 2025. Es decir, nuevamente observamos un crecimiento en la parte rígida de su presupuesto y una disminución en los recursos con mayor impacto para el desarrollo de las localidades.

En conclusión, si bien el presupuesto no se ha ampliado de manera extraordinaria, la distribución del gasto tanto a nivel nacional como en la región de Arequipa resulta preocupante, pues se muestra una priorización de gastos administrativos por sobre proyectos de inversión. Esto ocurre en un contexto de estancamiento económico: la región cayó -0.7 % en 2023 y apenas creció 0.2 % en 2024. Arequipa requiere de mayores proyectos que generen un desarrollo y tengan un impacto tanto económico como social, lo cual se genera a partir de inversiones y no del gasto administrativo que el Ejecutivo ha priorizado en esta propuesta.