La Rinconada: mal de montaña puede afectar hasta el 30 % de la población
La Rinconada es considerada la “ciudad más alta del planeta”. Centro poblado fue escenario de un hallazgo científico que revela cómo la vida en altura extrema transforma la fisiología humana.
REVELA ESTUDIO
Gustavo Gonzáles, decano de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad San Ignacio de Loyola (USIL) destacó la alianza académica con la Universidad de Grenoble Alpes para generar conocimiento sobre la fisiología humana en condiciones de altura extrema.
La Rinconada, ubicada en el departamento de Puno y considerada la “Ciudad más alta del planeta” por encontrarse entre los 5 000 y 5 300 metros de altitud, fue escenario de un hallazgo científico que revela cómo la vida en altura extrema transforma la fisiología humana.
“Lo que se encontró en La Rinconada es que hay poblaciones que presentan hemoglobina demasiado alta (mayor de 21 en varones y 19 en mujeres), llamada también eritrocitosis excesiva o exceso de glóbulos rojos en la sangre y que no padecen de mal de montaña crónico”, dijo.
“Los resultados encontrados en los estudios del Dr. Samuel Vergès y su equipo muestran que no todos los casos de eritrocitosis excesiva se asocian a síntomas como el mal de montaña crónico. Se trata de una respuesta del organismo de estas poblaciones a las condiciones de gran altitud con menor disposición de oxígeno en el ambiente”, manifestó.
Comentó que en poblaciones de otras partes del mundo que viven también a gran altitud como la cordillera del Himalaya en Asia, la adaptación de su organismo conlleva a no elevar demasiado la hemoglobina porque ha habido procesos adaptativos genéticos. “Eso hace que con menor hemoglobina la población pueda desarrollarse en esos lugares realizando actividad física y reproduciéndose”, dijo al indicar que según los datos internacionales solo entre el 1% y 10 % de la población sufra de mal de montaña crónico.
En el caso de La Rinconada, por tratarse de una ciudad de 50 mil habitantes y en la que muchos proceden de otros lugares altoandinos, los mecanismos de adaptación provocan un aumento de los glóbulos rojos para tratar de llevar más oxígeno a las células. “Pero cuando eso se descuadra y el organismo comienza a producir glóbulos rojos más de la cuenta, la sangre se vuelve más viscosa y ya no lleva el oxígeno adecuadamente y produce esa sintomatología que ha devenido en llamar mal de montaña crónico o enfermedad de Monge”, expresó al señalar que en esta localidad peruana el mal de montaña crónico puede afectar hasta el 30 % de la población.
Consideró que esto se explica por la menor antigüedad de la población de La Rinconada respecto de la población asiática que vive en el Himalaya.
Los síntomas del mal de montaña crónico son cefalea o dolor de cabeza, falta de la respiración, tinitus o zumbido en los oídos, dilatación de las venas, cianosis, insomnio, problemas de memoria, entre otros que se han descrito en consenso en la literatura médica para diagnosticar mal de montaña crónico. Por lo general, este problema de salud afecta en mayor medida a los varones adultos y aumenta conforme avanza la edad.
Estos resultados forman parte de Expedition 5300, investigación sobre la adaptación humana a la hipoxia extrema liderada por el Dr. Samuel Vergès, director de investigación del Instituto Nacional de Salud e Investigación Médica (INSERM) de la Universidad Grenoble Alpes (Francia).
