Aumentan enfermedades renales en últimos años
Por: Daniela Fernández C.
Mayoría de pacientes llega cuando ya necesita diálisis. Políticas de prevención, educación y detección temprana urgen en el país.
LA EPIDEMIA SILENCIOSA EN EL PERÚ
Las enfermedades renales se han convertido en una de las mayores amenazas para la salud pública, se estima que entre el 11 y el 18 % de los peruanos adultos padecen algún grado de daño renal, lo que equivale a cerca de cuatro millones de personas. Sin embargo, la mayoría desconoce su diagnóstico, pues esta enfermedad avanza de manera silenciosa y sólo muestra síntomas en etapas avanzadas.
Según Fabiola Gómez, nefróloga de Essalud, de 2023 a 2025 se han realizado 400 trasplantes renales. “La mayoría de pacientes con enfermedades renales llega cuando ya necesita diálisis o terapia de reemplazo renal. Lo que realmente deberíamos hacer es trabajar en prevención y en la atención primaria”, explicó.
Entonces, cuáles son las principales causas de la enfermedad renal en el Perú, la diabetes mal controlada y la hipertensión arterial. Ambas enfermedades, si no reciben un manejo adecuado desde sus primeras etapas, terminan por dañar irreversiblemente los riñones. “La nefropatía diabética y la hipertensiva son las más frecuentes. Hay otros factores como el ácido úrico alto o algunas enfermedades inmunológicas, pero en Latinoamérica el peso mayor lo tienen estas dos”, añadió.
El dato más alarmante es que alrededor del 80 % de los pacientes con enfermedades renales no sabe que la tiene. El riñón no duele, y por eso el diagnóstico suele llegar tarde. Los primeros signos suelen ser orinas espumosas, que indican pérdida de proteínas, pero cuando aparecen síntomas como hinchazón en las piernas, náuseas o vómitos, la enfermedad ya está avanzada. “Todo diabético e hipertenso debería acudir cada tres meses al nefrólogo, al cardiólogo y al oftalmólogo. No hay que esperar a sentirse mal para ir al médico”, recomienda.

Actualmente, EsSalud reporta más de 11 500 pacientes en tratamiento de diálisis, y cada año la cifra crece un 8 %. Se trata de una carga enorme para el sistema de salud, tanto en lo económico como en lo humano, porque implica tratamientos de por vida que cambian radicalmente la calidad de vida de los pacientes.
En cuanto a trasplantes, la lista de espera más larga es precisamente la de riñones. “La mayoría de pacientes que necesitan un órgano sólido son renales. En hígado, corazón o pulmones las listas son más cortas porque no hay terapias de reemplazo que prolonguen la vida. En esos casos, los pacientes suelen fallecer esperando un donante”, explicó.
El impacto de esta enfermedad va más allá de los riñones. La diabetes y la hipertensión no controladas también generan complicaciones cardíacas, neurológicas y oftalmológicas. Los especialistas insisten en que se trata de un problema integral, donde los chequeos preventivos y el control riguroso de la salud son la clave para evitar desenlaces fatales.
Frente a esta problemática las recomendaciones son claras: mantener estilos de vida saludables, beber al menos dos litros de agua al día, consumir frutas y verduras, reducir los alimentos procesados, evitar el exceso de sal y hacer ejercicio regular. El control del estrés también es crucial, pues los episodios agudos contribuyen a dañar los órganos.

En el Perú, la lucha contra la enfermedad renal requiere más que tratamientos de reemplazo, necesita políticas de prevención, educación y detección temprana. La nefrología en el país sigue salvando vidas, pero la verdadera victoria estará en que menos peruanos lleguen a la diálisis o al trasplante. Mientras tanto, miles de pacientes esperan en silencio que sus riñones y el sistema de salud no los abandonen.
