Vecinos alzan la voz ante obras paralizadas y años de abandono
Por: Zintia Fernández L.
Este 2025, los vecinos de Socabaya han convertido las redes sociales, los medios de comunicación y las audiencias públicas en su principal tribuna para reclamar por lo que consideran son sus derechos básicos: acceso al agua potable y desagüe, mantenimiento de vías, seguridad y transparencia en la gestión municipal. La mayoría de estos pedidos no son nuevos, pero este año han cobrado fuerza por las obras paralizadas, promesas incumplidas y una sensación creciente de abandono en varios sectores del distrito.
EN SOCABAYA
Con una población estimada de 89 862 habitantes, Socabaya es uno de los distritos que más ha crecido en los últimos años en Arequipa. Esta acelerada expansión urbana contrasta con la lentitud de las obras municipales y la persistente falta de servicios básicos.
El pedido reiterativo es el mejoramiento vial. Los residentes de asentamientos como Horacio Zeballos Gámez, La Mansión y San Martín reclaman el asfaltado de calles deterioradas y la construcción de veredas seguras. Muchos tramos presentan huecos, hundimientos y falta de señalización.
En algunos casos, como en la avenida Paisajista, los vecinos aseguran que no se realiza mantenimiento desde hace años. Esto no solo afecta la circulación vehicular y peatonal, sino también la imagen de un distrito que, en teoría, debería consolidarse como zona residencial.
INSEGURIDAD Y LOCALES CLANDESTINOS

Otro problema persistente es la inseguridad ciudadana y al deficiente alumbrado público. Vecinos de urbanizaciones como Villa El Sol o 4 de Octubre reportan robos frecuentes y escasa presencia del serenazgo. Aunque la comuna afirma que “atiende las continuas quejas vecinales”, los pobladores consideran insuficientes las acciones preventivas.
A este problema se suman las denuncias por el funcionamiento de locales de manera clandestina. En la misma avenida Paisajista, los vecinos señalaron que los fines de semana se organizan conciertos de música chicha que atraen a cientos de personas y, con ellos, peleas, robos y disturbios en la vía pública.
La sensación de inseguridad se ha instalado en varios sectores, alimentada por la falta de patrullaje constante y la escasa coordinación entre la Policía Nacional y el serenazgo. La situación contrasta con el discurso oficial de “barrio seguro” que la Municipalidad promueve en sus redes sociales.

AGUA, DESAGÜE Y TORRENTERAS EN RIESGO
Los problemas de servicios básicos son otra fuente permanente de malestar. En Sedapar, las quejas son constantes: vecinos denuncian cortes de agua sin previo aviso, baja presión y demoras en la ampliación de redes. Cuando hay temporadas de desabastecimiento, la Campiña es la zona más afectada.
Las torrenteras, por su parte, permanecen llenas de materiales desechables y escombros que podrían complicar la situación en tiempo de lluvias. La falta de limpieza y mantenimiento de estas quebradas incrementa el riesgo de inundaciones y desbordes, un problema que cada año pone en alerta a los vecinos sin que se tomen medidas preventivas sostenidas.

OBRAS CUESTIONADAS Y BAJA EJECUCIÓN PRESUPUESTAL
El malestar vecinal también se dirige hacia la ejecución presupuestal y los presuntos sobrecostos en obras públicas. Según reportes de la Contraloría General de la República, proyectos como el coliseo cerrado de la Asociación Lara presentan observaciones técnicas y gastos adicionales no justificados.
El Informe de Hito de Control N.º 030-2024-OCI/1313-SCC reveló que los precios de materiales como arena gruesa, arena fina y piedra chancada considerados en el expediente técnico eran superiores a los valores pagados por los mismos insumos en otro proyecto de la misma entidad, generando un sobrecosto de S/ 110 029, incluyendo IGV.
Pese a estas observaciones, el municipio ha defendido que continúa ejecutando proyectos de asfaltado, construcción de puentes y mejoramiento urbano. En julio, el alcalde Roberto Muñoz anunció la gestión ante el Gobierno Regional de Arequipa para la ejecución de cinco puentes que mejoren la conectividad entre sectores, con una inversión superior a 30 millones de soles. Sin embargo, la ejecución presupuestal distrital apenas supera el 50 %, según datos presentados en la Audiencia Pública de mayo de 2025.
RESPUESTAS LENTAS
Socabaya se ha convertido en un distrito en expansión cuyas necesidades superan su ritmo de respuesta institucional. Los vecinos ya no solo piden obras nuevas, sino obras bien hechas, con supervisión técnica y rendición de cuentas. En cada reclamo hay un mensaje claro: las mejoras no deben quedarse en anuncios ni sentirse solo en los carteles municipales, sino traducirse en agua que llega a los hogares, en calles transitables y en barrios seguros.
El descontento ciudadano también tiene que ver con la falta de comunicación clara entre la Municipalidad y los vecinos. Las audiencias públicas suelen ser espacios donde las autoridades defienden su gestión, pero no necesariamente escuchan las propuestas ni explican por qué ciertos proyectos se retrasan.

RECLAMOS
Los problemas de Socabaya no son imposibles de resolver. La falta de asfaltado, de agua o de seguridad son temas recurrentes en muchos distritos en expansión. Lo que marca la diferencia es la voluntad política, la eficiencia en la gestión y la transparencia. Con una adecuada planificación urbana, mayor control de los locales nocturnos, coordinación con Sedapar y ejecución oportuna de proyectos, el distrito podría revertir esta imagen de abandono.
Sin embargo, mientras no se tomen medidas concretas, las protestas seguirán en el frontis de la comuna y en las redes sociales, y la población seguirá viendo cómo sus pedidos se diluyen en promesas. Socabaya necesita pasar de las audiencias y anuncios a las obras visibles, que mejoren la vida de sus casi 90 mil habitantes.
