Confirman sentencia de 20 años y 8 meses para Rodrigo Larico

Ordenaron el traslado del condenado al penal.

La justicia confirmó la condena contra Rodrigo Larico Olarte, exestudiante de la Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa (UNSA), quien fue hallado culpable del delito de feminicidio agravado en agravio de Ana Paola Vargas Ramos, su expareja y compañera de estudios. El crimen, ocurrido el 29 de septiembre de 2023, dentro del campus universitario, estremeció a la comunidad agustina y a toda la ciudad por su brutalidad.

La Primera Sala Penal de Apelaciones de la Corte Superior de Justicia de Arequipa, integrada por los magistrados Fernán Fernández Ceballos, Celis Mendoza Ayma y Jaime Moreno Chirinos, confirmó en segunda instancia la sentencia de 20 años y 8 meses de prisión dictada previamente por un juzgado penal colegiado. El tribunal ratificó la responsabilidad penal del acusado tras analizar las 58 pruebas presentadas durante el juicio oral, entre testimonios, pericias, grabaciones de cámaras de seguridad y evidencias materiales.

CRIMEN PLANIFICADO Y ALEVOSO

De acuerdo con la investigación dirigida por el Ministerio Público, Larico y Vargas cursaban juntos el segundo año de Ingeniería Industrial en la UNSA. Ambos mantuvieron una relación sentimental que la joven decidió terminar semanas antes del crimen. Sin aceptar la ruptura, el agresor la citó en uno de los pabellones de la Facultad de Producción y Servicios, donde la atacó con una navaja metálica que había llevado consigo.

El informe forense determinó que Ana Paola recibió 47 puñaladas en el cuello, tórax y rostro, heridas que le provocaron la muerte inmediata. Testigos indicaron que el agresor la abrazó por la espalda y le impidió escapar, mientras otros estudiantes intentaban auxiliarla. La Policía intervino de inmediato y detuvo a Larico en el lugar de los hechos.

Para los magistrados de la Sala de Apelaciones, el ataque fue premeditado y cometido con extrema crueldad. En su resolución, destacaron que el acusado actuó con pleno conocimiento de sus actos y con la intención de causar la muerte de la víctima. “El crimen se produjo en un contexto de dominación, posesión y abuso de poder, características propias del feminicidio agravado”, señalaron en la lectura de sentencia.

PENA REDUCIDA

Pese a la gravedad del delito, el tribunal aplicó la figura de responsabilidad restringida establecida en el Acuerdo Plenario 1-2023, que dispone una reducción de pena para autores de delitos cometidos entre los 18 y 21 años, siempre que no existan agravantes excepcionales. Al momento del asesinato, Rodrigo Larico tenía 18 años y tres meses, por lo que la Sala confirmó una condena de 20 años y 8 meses, en lugar de los 35 años solicitados por la parte civil y la familia de la víctima.

“Esta disposición no implica impunidad, sino el reconocimiento de un régimen jurídico especial para jóvenes adultos”, precisaron los jueces al explicar su decisión. No obstante, ordenaron la ejecución inmediata de la pena y el traslado del condenado al penal de varones de Socabaya, donde cumplirá su sentencia hasta el año 2044.

La resolución judicial no satisfizo a los familiares y amigos de Ana Paola, quienes esperaban la pena máxima. Al término de la audiencia, su madre, entre lágrimas, manifestó su disconformidad. “A mi hija la mataron con odio, no merecía morir así. No es justo que su asesino reciba un beneficio por ser joven”, expresó.

El caso también provocó la indignación de colectivos universitarios y organizaciones feministas que acompañaron el proceso desde su inicio. Representantes del movimiento Ni Una Menos Arequipa criticaron la aplicación del beneficio legal y recordaron que el feminicidio de Ana Paola fue uno de los más violentos registrados en el ámbito universitario en los últimos años.

“Fue asesinada dentro de un campus que debía protegerla. Este fallo confirma su culpabilidad, pero el mensaje a la sociedad debe ser más fuerte: ninguna mujer debería morir por decidir terminar una relación”, señalaron en un pronunciamiento público.

El crimen generó un impacto profundo en la UNSA. En los días posteriores, miles de estudiantes realizaron vigilias, marchas y homenajes para exigir justicia y medidas de prevención. La universidad declaró duelo institucional y reforzó su protocolo de atención frente a casos de violencia de género en el ámbito estudiantil.

A dos años del feminicidio, el nombre de Ana Paola Vargas Ramos sigue siendo recordado como símbolo de lucha contra la violencia machista. Con la confirmación de la sentencia, el sistema judicial cerró una etapa del proceso, pero la familia y los colectivos que la acompañaron aseguran que su memoria continuará siendo una bandera de exigencia y de cambio.

Dejanos un comentario

Your email address will not be published. Required fields are marked with *.