Arequipa aumentaría en 60% producción de cobre con ejecución de 4 proyectos

Por Rocío Velazco C.

El destrabe de las inversiones consolidaría el Corredor Minero del Sur y dinamizaría el crecimiento económico de la región.

SEGÚN INFORME DEL IPE

Arequipa podría incrementar hasta en 60% su producción anual de cobre si logra concretar la puesta en marcha de cuatro importantes proyectos mineros actualmente en cartera. De concretarse, la región no solo consolidaría su posición como uno de los mayores productores de cobre del país, sino también se convertiría en un eje estratégico de la economía del sur peruano, impulsando la inversión, el empleo y la modernización de su infraestructura productiva.

De acuerdo con un reciente estudio del Instituto Peruano de Economía (IPE), el desarrollo de un proyecto minero en el Perú puede tomar en promedio 40 años desde su descubrimiento hasta el inicio de operaciones. En el caso de los proyectos de cobre, ese plazo se eleva a 62 años, reflejando los retos técnicos, sociales y burocráticos que enfrenta la minería nacional. En promedio, cada proyecto pasa por la participación de más de tres empresas y debe cumplir con 232 procedimientos administrativos ante 29 entidades del Estado, lo que hace que los plazos legales se multipliquen y que los costos de inversión se eleven significativamente.

El informe también advierte que los trámites clave, como la aprobación de los Estudios de Impacto Ambiental (EIA) o la consulta previa con las comunidades, pueden demorar hasta tres años, es decir, cinco veces más de lo establecido por ley. A ello se suma la inestabilidad política, la inseguridad jurídica y la conflictividad social, factores que terminan postergando inversiones de gran magnitud y restan competitividad al país frente a otros destinos mineros.

La experiencia arequipeña

La historia minera de Arequipa refleja bien estos desafíos. La unidad Santa Rosa, de la Sociedad Minera Cerro Verde, tardó seis décadas en desarrollarse desde las primeras exploraciones significativas hasta su entrada en operaciones en 1977. Desde entonces, su papel ha sido determinante para la economía regional. Con la ampliación de la mina en 2016, la producción de cobre prácticamente se duplicó, alcanzando 420 mil toneladas métricas finas (TMF) anuales, lo que posicionó a Arequipa como la principal productora de cobre del país y una de las dos regiones mineras más importantes en la última década.

Actualmente, la minería representa alrededor de un tercio del Producto Bruto Interno regional, y su impacto se extiende a otros sectores mediante empleos y encadenamientos productivos. Según el IPE, por cada empleo directo generado en minería se crean ocho puestos adicionales en actividades vinculadas, lo que equivale a unos 306 mil empleos en toda la región. Este dinamismo ha contribuido a reducir sostenidamente la pobreza: antes de la pandemia, Arequipa registró una tasa de solo 6%, una de las más bajas del país.

PROYECTOS CLAVES

La región cuenta actualmente con seis proyectos mineros en cartera, con una inversión total estimada en US$ 8 483 millones. De ellos, cuatro son de cobre y podrían elevar la producción regional en 60% si logran concretarse.

Entre los más relevantes se encuentra Tía María, que tras más de 30 años de paralización podría finalmente iniciar operaciones en 2027. El proyecto, a cargo de Southern Perú, prevé una producción de 120 mil TMF anuales de cobre y una inversión de US$ 1 400 millones. Otro proyecto importante es Zafranal, desarrollado por la minera canadiense Teck Resources y Compañía de Minas Buenaventura, con una inversión de US$ 1 263 millones y una producción estimada de 76 mil TM desde 2029.

A ellos se suma la Optimización de Cerro Verde, con una inversión de US$ 2 100 millones, que permitirá ampliar la capacidad de producción hasta 476 mil TMF anuales y extender la vida útil de la mina. Finalmente, el proyecto Trapiche, con una inversión proyectada de US$ 1 000 millones, también forma parte de la cartera de mediano plazo y contribuiría a fortalecer el corredor minero del sur.

INTEGRACIÓN Y DESARROLLO

La ejecución de estos proyectos resulta estratégica no solo por su aporte directo a la producción y al empleo, sino también por su capacidad de articular el Corredor Minero del Sur, eje logístico que conecta Arequipa con Moquegua, Cusco, Apurímac y Puno. Su desarrollo impulsaría otras inversiones en infraestructura como los puertos de Corio y Marcona, el Gasoducto Sur Peruano, el proyecto de irrigación Majes-Siguas II, así como la modernización de los aeropuertos regionales.

Esta integración fortalecerá la competitividad y la conectividad del sur del país, generando condiciones más favorables para el crecimiento económico sostenible. Por ello, el desafío no solo radica en destrabar los proyectos mineros, sino en asegurar que el desarrollo se traduzca en bienestar local, con una gestión ambiental responsable, participación ciudadana efectiva y distribución equitativa de los beneficios.

De lograrse, Arequipa no solo aumentará su producción de cobre, sino que consolidará su papel como un motor clave de la economía nacional, demostrando que la minería moderna y bien gestionada puede ser la base de un desarrollo regional sostenible e inclusivo.

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