Aire contaminado dispara casos de asma infantil
Por: Daniela Fernández C.
El humo vehicular ha convertido al aire en un enemigo silencioso. Niños y adultos mayores, las principales víctimas. Especialistas advierten que la contaminación ya afecta la salud pulmonar de toda la ciudad.
¿AREQUIPA ENFERMA?
El aire de Arequipa ya no huele a volcán ni a campo, sino a humo y gasolina. Cada día, miles de tubos de escape lanzan una mezcla tóxica de hidrocarburos, óxidos de nitrógeno y dióxido de carbono que se acumula sobre avenidas, colegios y viviendas. Lo que hace unos años era una preocupación ambiental, hoy es una amenaza directa para la salud de los arequipeños. Los hospitales lo confirman: el asma infantil, las bronquitis y otras enfermedades respiratorias van en aumento, especialmente en los distritos con mayor tráfico vehicular.
La neumóloga pediatra Mariela Zamudio, del Hospital Regional Honorio Delgado, advierte que el incremento de casos de asma infantil es una consecuencia directa del aire que se respira. “Veo cada vez más niños con crisis de asma o bronquitis. Muchos de ellos viven o estudian cerca de avenidas donde circulan buses y autos antiguos que emiten humo negro a toda hora”, explica.
Zamudio detalla que el humo vehicular contiene partículas microscópicas que afectan las vías respiratorias desde el primer contacto. “El aire contaminado altera el funcionamiento de los cilios, unas pequeñas estructuras que limpian las vías respiratorias. Cuando se inflaman, dejan de moverse correctamente y el cuerpo pierde su primer filtro natural. Así, virus, bacterias y partículas tóxicas ingresan con facilidad”, precisa.
Los más afectados son los menores. Durante el otoño e invierno, los consultorios pediátricos se llenan de niños con tos persistente, sibilancias o dificultad para respirar. “Antes atendíamos resfríos comunes. Ahora vemos bronquitis, neumonías y crisis asmáticas que se prolongan por semanas”, cuenta la doctora.
Las consecuencias van más allá del cuadro médico. “Muchos pequeños no pueden correr ni jugar, se cansan al subir escaleras o no duermen bien por la tos nocturna. Su calidad de vida se deteriora sin que los padres sepan que el principal responsable está en el aire que respiran”, comenta.
Los estudios respaldan su observación. Según el Ministerio del Ambiente, Arequipa supera los niveles permitidos de partículas PM2.5 —las más pequeñas y dañinas— en varias zonas céntricas. Estas partículas penetran hasta los alvéolos pulmonares y pueden ingresar al torrente sanguíneo, generando inflamación crónica y, con el tiempo, enfermedades respiratorias graves.

LOS ADULTOS MAYORES
En los adultos mayores, el impacto es devastador. “Los pacientes con EPOC o enfermedades pulmonares previas sufren más. El humo inflama aún más las vías aéreas, dificulta el tratamiento y acelera el deterioro pulmonar. Viven con tos, flema y fatiga crónica”, explica Zamudio.
La especialista advierte que la exposición constante al humo vehicular también incrementa el riesgo de cáncer pulmonar. “Las partículas finas tienen efecto cancerígeno comprobado. Si una persona tiene predisposición genética y vive cerca de vías con alto tráfico, el riesgo aumenta de forma significativa”, afirma.
Los síntomas respiratorios ya forman parte del día a día de muchos arequipeños. Congestión nasal, estornudos, ronquera y cansancio se han vuelto comunes, sobre todo en quienes viven en distritos como Cercado, Yanahuara, Cayma, Miraflores, José Luis Bustamante y Rivero, o Mariano Melgar. “Muchos niños en estas zonas presentan inflamación crónica de la mucosa nasal, lo que los obliga a respirar por la boca y los hace más propensos a infecciones”, explica la neumóloga.

PARQUE AUTOMOTOR DESCONTROLADO
Arequipa tiene más de 250 mil vehículos en circulación, y la mayoría son antiguos y contaminantes. La ausencia de controles técnicos rigurosos agrava el problema. Basta recorrer el puente Grau o la avenida Ejército para ver nubes de humo negro expulsadas por buses y combis que nunca deberían estar en circulación.
“Dentro de casa podemos controlar el polvo, pero lo que está fuera depende de las autoridades. Urge un control real de los vehículos, revisiones técnicas efectivas y sanciones para quienes emiten gases tóxicos”, enfatiza Zamudio.
Los expertos en salud ambiental coinciden en que la contaminación del aire no solo enferma los pulmones, también afecta al corazón, al cerebro y al sistema inmunológico. “El aire sucio reduce la esperanza de vida y afecta el desarrollo cognitivo en los niños. Es un problema de salud pública que no se puede seguir ignorando”, advierte la especialista.

DERECHO A RESPIRAR AIRE LIMPIO
Mientras tanto, la ciudad sigue creciendo sin planificación ni zonas verdes suficientes. Los árboles desaparecen para dar paso al cemento, y los parques son cada vez más escasos. “La vegetación limpia el aire, absorbe el dióxido de carbono y reduce el impacto del polvo. Necesitamos más árboles y áreas naturales. No podemos seguir viviendo entre humo y cemento”, reclama Zamudio.
En Arequipa, el aire limpio parece haberse convertido en un lujo. Pese a los anuncios de programas de reforestación y control ambiental, las cifras no mejoran. Las estaciones de monitoreo siguen reportando niveles altos de material particulado y gases contaminantes.
Los ciudadanos, por su parte, intentan protegerse como pueden: usando mascarillas, cerrando las ventanas o evitando salir en horas pico. Pero eso no basta. “El derecho a respirar aire limpio debe ser prioridad. No podemos seguir normalizando que nuestros hijos crezcan con inhaladores o que nuestros abuelos no puedan caminar sin ahogarse”, reflexiona la doctora.
Arequipa, la Ciudad Blanca, se tiñe de gris cada día. El humo de los tubos de escape ya es parte del paisaje, pero también del aire que todos respiran. Cuidar el entorno no es solo una tarea ambiental: es una urgencia sanitaria. Porque detrás de cada vehículo que contamina hay una ciudad que respira con más dificultad y un futuro que se vuelve cada vez más opaco.
