Por: Gustavo Alva 

REFLEXIONES

La inteligencia artificial (IA) viene transformando la forma en que funcionan las industrias en el mundo. Procesos que antes eran manuales hoy se automatizan; decisiones complejas se apoyan en algoritmos, y la optimización se vuelve un requisito competitivo. Esta revolución plantea una pregunta clave: ¿la IA reemplazará a los profesionales técnicos?

La evidencia muestra que no del todo, pero sí modificará roles, competencias y la formación profesional. La adopción de tecnologías de Industria 4.0 avanza con fuerza. Según estudios recientes, seis de cada diez empresas industriales en el Perú han realizado innovaciones entre junio del 2024 y el 2025, principalmente vinculadas a la automatización y análisis de datos. Esta tendencia evidencia el crecimiento sostenido de la demanda de personal técnico especializado en IA, ciencia de datos y ciberseguridad.

La IA ya puede ejecutar tareas repetitivas y predecibles: inspecciones básicas, reportes automatizados o mantenimiento preventivo. Estas funciones, antes desempeñadas por técnicos, hoy son más rápidas y eficientes con sistemas de análisis y automatización. Sin embargo, hay aspectos que la tecnología no sustituye: la capacidad de adaptación en contextos variables, la creatividad, la toma de decisiones en emergencias, la interpretación ética y la resolución de problemas no definidos. El criterio técnico, las competencias y la experiencia práctica siguen siendo insustituibles, aunque la tecnología sea un apoyo importante.

El futuro exige una educación técnica diferente, donde la IA no se vea como amenaza, sino como herramienta. Los cambios necesarios tienen que ver con un currículo integrado con este elemento de la mano de habilidades blandas, así como no perder de vista la experiencia práctica en laboratorios, visión artificial, tecnologías que se emplean en el aprendizaje técnico.

La actualización continua de los instructores en IA aplicada, mediante capacitaciones constantes, es fundamental para ellos. Asimismo, las alianzas con la industria también ayudan a implementar una formación que responde a las necesidades reales del mercado. Por otro lado, la IA trae retos de sesgo, privacidad y responsabilidad, por lo que es necesario formar profesionales con criterio ético además de capacidad técnica.

En conclusión, la inteligencia artificial no reemplazará totalmente a los profesionales técnicos. Sí desplazará tareas rutinarias, redefinirá roles y aumentará la demanda de nuevas competencias. En el Perú, el reto es avanzar rápidamente en la actualización de programas, equipamiento e instructores, de modo que la formación técnica no se quede rezagada frente a las nuevas exigencias de la industria.

Finalmente, se trata de una coevolución: tecnologías y profesionales avanzando a la par, de tal manera que este proceso sea determinante para volver cada vez más competitivo al país.