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Por Juan Palo R. y Rocío Velazco C. Fotos: Jorge Esquivel
Circulan cerca de 500 mil vehículos en el área metropolitana. El parque automotor se dispara y supera las 500 mil unidades, mientras la ciudad pierde densidad y sostenibilidad.
CONGESTIÓN Y CONTAMINACIÓN SIGUEN AUMENTANDO
El transporte se ha convertido en el principal problema urbano de Arequipa. A diario, la congestión vehicular, el aumento del parque automotor y la contaminación ambiental se combinan en un cóctel que deteriora la calidad de vida de más de un millón de habitantes. Lo que antes se resolvía con una caminata o un corto trayecto en bus, hoy implica largos minutos de espera, bocinazos y contaminación.
“Arequipa vive un proceso de expansión territorial sin control, con un crecimiento del parque automotor que ya resulta insostenible”, advierte Manuel Málaga Lazo, coordinador técnico del Plan de Desarrollo Metropolitano (PDM) 2025–2045, elaborado por el Instituto Municipal de Planeamiento (IMPLA). Su diagnóstico, sustentado en estudios de campo y fuentes técnicas, revela una ciudad que crece más en extensión que en densidad, y más en autos que en transporte público.
UNA CIUDAD QUE SE EXPANDE
La tasa de crecimiento poblacional de Arequipa es de 1.8 % anual, una cifra menor que la de décadas pasadas. Sin embargo, la mancha urbana sigue extendiéndose sobre terrenos agrícolas y zonas sin servicios básicos. “Tenemos lotizaciones que solo existen en el plano, sin infraestructura ni viviendas consolidadas”, precisa Málaga.
En 1940, la ciudad tenía una densidad de 149 habitantes por hectárea; hoy apenas alcanza 51. Esto significa que Arequipa ocupa cada vez más territorio para albergar proporcionalmente menos personas, un modelo urbano que encarece los servicios públicos y reduce la eficiencia del transporte.
El resultado es una ciudad dispersa, con miles de viajes diarios hacia el centro desde distritos periféricos, donde las familias buscan vivienda más barata, pero se enfrentan a un sistema de movilidad colapsado.
MÁS DE 500 MIL VEHÍCULOS
A esta expansión desordenada se suma un crecimiento acelerado del parque automotor. Según el PDM, la tasa de incremento vehicular llega al 6.5 % anual, muy por encima del crecimiento poblacional. Se estima que circulan cerca de 500 mil vehículos en el área metropolitana, lo que equivale a un automóvil por cada 2.3 personas.
Manuel Málaga, coordinador técnico del PDM.
“Esa proporción refleja una dependencia excesiva del transporte privado. La ciudad se está motorizando sin planificación”, advierte Málaga.
La consecuencia es visible en cualquier vía: largas colas, contaminación, pérdida de tiempo y estrés. Lo que antes podía recorrerse en 15 minutos hoy puede tomar más de una hora. Además, el aire que respiran los arequipeños es cada vez menos limpio: los niveles de partículas contaminantes superan los límites recomendados por la Organización Mundial de la Salud.
SIT ES IMPOSTERGABLE
El coordinador técnico del PDM recuerda que desde hace más de veinte años se viene hablando del Sistema Integrado de Transporte (SIT) como la gran solución. “Era la oportunidad para reorganizar rutas, mejorar la flota y dar prioridad al transporte público. Pero la falta de continuidad política y de gestión técnica frenó su consolidación”, lamenta.
El SIT debía convertirse en el eje del transporte urbano sostenible, con buses modernos, carriles exclusivos y control electrónico. Sin embargo, su implementación parcial ha generado más incertidumbre que resultados. Mientras tanto, los taxis informales y los autos particulares siguen multiplicándose.
CRECIMIENTO DESMEDIDO
Arequipa ha crecido territorialmente casi 40 % en los últimos seis años, cifra superior al promedio latinoamericano. Pero esa expansión ha dejado 7 400 hectáreas de suelo vacante o subutilizado, muchas de ellas en zonas donde no se puede construir o donde faltan servicios básicos.
El modelo urbano actual, según Málaga, “es extensivo, caro e ineficiente”. No solo aumenta el tiempo de desplazamiento, sino que pone en riesgo valores naturales y culturales como la campiña, los pueblos tradicionales del sur y sureste y el paisaje volcánico, que forman parte del patrimonio de la humanidad.
“Perder la campiña sería perder la identidad de Arequipa. No solo hablamos de áreas verdes, sino del alma de la ciudad”, advierte.
CONTAMINACIÓN
La contaminación atmosférica es hoy uno de los efectos más graves del desorden urbano. Los vehículos particulares y de transporte público emiten toneladas de dióxido de carbono al año, contribuyendo al cambio climático y al deterioro de la salud.
“Hay distritos donde el ruido y el polvo superan los límites tolerables. La congestión no solo afecta la movilidad, sino también la salud mental y la productividad”, afirma el especialista.
El PDM identifica la necesidad de reordenar el tránsito, implementar zonas de restricción vehicular y promover la movilidad activa —peatonal y ciclista—, además de fortalecer el transporte público.
¿QUÉ SE VIENE?
El Plan de Desarrollo Metropolitano de Arequipa 2025–2045 plantea una hoja de ruta para revertir las tendencias negativas. Entre sus propuestas se incluye la construcción de cinco a seis parques metropolitanos en los alrededores de la ciudad, con el fin de descentralizar el uso del parque Selva Alegre y generar nuevos espacios de recreación.
También propone densificar áreas consolidadas, evitar nuevas invasiones, aprovechar el suelo vacante e incentivar el uso del transporte público mediante infraestructura moderna y gestión inteligente del tránsito.
Málaga sostiene que el PDM no es solo un documento técnico, sino un instrumento de futuro que busca reconciliar la movilidad, la planificación urbana y la sostenibilidad ambiental.
Arequipa se encuentra en una encrucijada. Con 1.2 millones de habitantes, aún tiene la posibilidad de corregir su rumbo antes de que el caos vehicular y la expansión sin control se vuelvan irreversibles.
“El reto es recuperar el equilibrio. No podemos seguir creciendo de forma desordenada, ni depender del automóvil como única forma de movilidad. Si no actuamos hoy, mañana la ciudad será inmanejable”, advierte el coordinador técnico del PDM.
Arequipa fue siempre símbolo de belleza y armonía urbana. Pero el ruido de los motores y el aire cargado de humo comienzan a opacar esa imagen. La tarea, insiste Málaga, no es solo técnica, sino de visión y compromiso colectivo: construir una ciudad sostenible donde moverse no sea una pesadilla, sino un derecho.
El PDM Arequipa 2025–2045, elaborado por el IMPLA de la Municipalidad Provincial, es un instrumento técnico-normativo que orienta el desarrollo urbano sostenible del área metropolitana, promoviendo un crecimiento ordenado, eficiente y seguro para sus habitantes.