Árboles y adornos navideños en diferentes establecimientos. Centros comerciales, calles y hogares se preparan para vivir una de las épocas más esperadas del año.

A falta de poco menos de dos meses para la Noche Buena, la ciudad de Arequipa empieza a transformarse. Las primeras luces, los árboles adornados y las figuras de Papá Noel anuncian que la Navidad ya se siente en el aire. Aunque el calendario aún marca noviembre, el espíritu navideño ha comenzado a latir en cada rincón de la Ciudad Blanca, contagiando entusiasmo, nostalgia y esperanza entre los vecinos.

En los centros comerciales, los visitantes ya pueden disfrutar de coloridas decoraciones, vitrinas temáticas y zonas especiales para las tradicionales fotografías familiares. Las tiendas de ropa, jugueterías y bazares también han comenzado a ambientar sus espacios, apostando por la magia de las luces y los villancicos para atraer a los clientes. “Cada año tratamos de ofrecer algo distinto, más cálido, que motive a las familias a reencontrarse”, comenta María Luisa Ramos, gerente de un conocido centro comercial del Cercado.

Pero no solo los malls se preparan. En el Centro Histórico ya se perciben los primeros adornos en balcones y fachadas, especialmente en las calles Mercaderes, San Francisco y Santa Catalina. Los comerciantes locales confían en que el ambiente festivo impulse las ventas, afectadas en los últimos meses por la desaceleración económica. “La Navidad siempre nos da un respiro. La gente sale más, compra más, y eso anima a todos”, señala Luis Soto, dueño de una tienda de artesanías.

Uno de los eventos más esperados es, sin duda, el encendido del árbol navideño de Caja Arequipa, programado para los próximos días en la Plaza de Armas. Este acto simbólico reúne cada año a cientos de familias y turistas, marcando el inicio oficial de la temporada navideña. Además del espectáculo de luces, se anuncian presentaciones artísticas, villancicos, ferias y actividades para los niños. “El árbol se ha convertido en un emblema de unión, esperanza y alegría para los arequipeños”, indicó un vocero de la entidad financiera.

A la par, diversas instituciones y asociaciones vienen preparando ferias navideñas, conciertos y campañas solidarias en distintos distritos. En el Cercado, Paucarpata, Yanahuara y Cerro Colorado se alistan actividades que buscan no solo promover el comercio local, sino también fortalecer la solidaridad entre los vecinos. Entre ellas destacan las campañas de entrega de víveres, juguetes y ropa para niños y adultos mayores en situación de vulnerabilidad.

Las tradicionales chocolatadas navideñas también empiezan a organizarse. Parroquias, colegios, municipalidades y organizaciones sociales se suman a esta costumbre que, más allá del chocolate caliente y el panetón, representa un gesto de cercanía y empatía. “Llevamos más de 20 años realizando chocolatadas en zonas alejadas, porque la Navidad es compartir con quienes más lo necesitan”, comenta Hermelinda Quispe, integrante de una asociación vecinal en Mariano Melgar.

El espíritu navideño también se siente en los hogares. Las familias arequipeñas aprovechan los primeros días de noviembre para decorar sus casas, armar el nacimiento y planificar las reuniones familiares. Muchos adelantan sus compras para evitar aglomeraciones, mientras los niños cuentan los días para la llegada de Papá Noel.

Así, entre luces, sonrisas y gestos solidarios, Arequipa comienza a vivir la magia de la Navidad. En cada plaza, tienda o calle iluminada, se renueva el deseo de compartir, agradecer y mantener viva la esperanza. Porque más allá del brillo y los adornos, el verdadero sentido de esta festividad está en la unidad, la generosidad y el amor al prójimo que tanto identifican a los arequipeños.