Por: Carlos Meneses

La acción cívica no es opcional. Es el deber más urgente. Y empieza por informarse antes de votar.

A cinco meses de las Elecciones Generales 2026, el Perú se enfrenta a un desafío monumental: recuperar la confianza ciudadana en la política y garantizar que el voto sea un acto consciente, no una expresión del desencanto. La magnitud de la cédula electoral —con 39 partidos inscritos y el regreso de la bicameralidad tras más de tres décadas— refleja una democracia fragmentada, con riesgo de dispersión y confusión entre los electores. En este contexto, el llamado del presidente de la CONFIEP, Jorge Zapata, a “pasar a la acción” adquiere una relevancia urgente.

No se trata solo de observar el proceso político desde la distancia. Se trata de asumir la responsabilidad de promover ciudadanía activa, información veraz y sentido de país. El voto informado es hoy la única defensa frente al caos de la desinformación, las promesas vacías y la polarización que amenaza con paralizar nuevamente la economía y la institucionalidad. Se considera que el sector empresarial tiene un papel esencial en esta tarea: generar espacios de educación cívica, apoyar iniciativas de transparencia y contribuir a que cada peruano entienda lo que está en juego en 2026.

El país “ya ha comenzado a perder sus bases”. La debilitación de las instituciones, la pérdida de meritocracia en el Estado y la descomposición del sistema político son síntomas de un problema que no puede resolverse desde el silencio o la indiferencia. Las empresas, los gremios, los medios de comunicación y la academia deben sumar esfuerzos para reconstruir la confianza en el proceso democrático, promoviendo información clara sobre las propuestas, los candidatos y las implicancias del voto.

El Perú necesita, más que nunca, una ciudadanía informada y un empresariado comprometido con el futuro del país. El próximo 12 de abril no solo elegiremos a un nuevo presidente, Congreso y Senado: elegiremos el rumbo de nuestra democracia. De cada voto dependerá si seguimos fragmentados o si decidimos construir un país más sólido, justo y con instituciones que funcionen.