Por: Daniela Santander R.

El celular se ha vuelto una extensión de nuestras manos, pero su uso constante también está dejando huella en la salud de muchos jóvenes. Cada vez son más los casos de tendinitis de Quervain, una lesión que afecta los tendones del pulgar y la muñeca, y que provoca dolor intenso al realizar actividades tan cotidianas como escribir, abrir una botella o simplemente desplazar la pantalla del teléfono.

Se trata de un problema de salud silencioso que avanza con velocidad en un contexto donde pasamos hasta más de 4 horas diarias en promedio usando el smartphone, según diversos estudios internacionales sobre hábitos digitales.

El doctor Jesús Coila Mamani, traumatólogo en el Hospital Goyeneche y diversas clínicas de Arequipa con 14 años de experiencia en el campo, explica que esta afección provoca dolor y limitación al girar la muñeca, agarrar objetos y cerrar el puño. Esta dolencia, antes más común en adultos que realizaban trabajos manuales repetitivos, está apareciendo ahora en adolescentes y jóvenes profesionales. ¿La razón? El desplazamiento constante del pulgar y la postura forzada de la muñeca al sostener el celular. “El uso excesivo de los celulares aumenta la presencia de esta afección cada vez en personas más jóvenes”, advierte el especialista.

Los síntomas pueden iniciar con un pequeño malestar en la base del pulgar, pero evolucionar rápidamente. El doctor Coila detalla que también puede existir hinchazón, sensación de agujas y alfileres o que el pulgar se traba al moverlo. Cuando la tendinitis avanza sin tratamiento, se vuelve incapacitante. «El dolor puede extenderse hasta el antebrazo… llegando a provocar limitación funcional progresiva”, señala Coila. Esto afecta el estudio, el trabajo e incluso el autocuidado básico, como asearse o comer.

La buena noticia es que, detectada a tiempo la recuperación es posible. Los tratamientos iniciales buscan reducir la inflamación mediante inmovilización, hielo y medicamentos. Además, la fisioterapia se vuelve clave para recuperar movilidad y fuerza. En casos más complicados, se puede recurrir a infiltraciones con corticoides o incluso cirugía. La recomendación más importante es no normalizar el dolor. Si molesta, hay que atenderlo.

La prevención empieza por hábitos sencillos. El especialista recomienda evitar los movimientos repetitivos, utilizar ambas manos para escribir, realizar pausas activas y ejercicios suaves para estirar los tendones. “Realiza movimientos lentamente, no fuerces, descansa y aplica frío”, aconseja Coila Mamani. Y lo principal, si el dolor persiste, consultar con un traumatólogo.

Cuidar la salud también implica repensar la forma en que usamos nuestros dispositivos. Porque aunque el celular nos conecte al mundo, también debemos conectar con nuestro propio cuerpo. La tecnología puede acompañarnos, pero no debe dolernos.

Una tesis de la Universidad Peruana Los Andes de Huancayo encontró una prevalencia de tendinitis de Quervain del 46.60 % en una población estudiada, la misma que fue seleccionada por el tiempo diario dedicado a las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC). En ella se denota que el abuso en el uso del celular, tablets y laptops es un gran factor de riesgo.