El rol de Arequipa como centro empresarial del sur
PUNTO DE EMPRESA

Arequipa siempre ha tenido carácter, pero hoy tiene algo más valioso: una oportunidad real de convertirse pronto en el equilibrio económico del sur del Perú. No es un discurso optimista; es un hecho respaldado por cifras y por la dinámica empresarial que vive la región. Arequipa es, oficialmente, la segunda economía del país, con un aporte cercano al 8 % del PBI nacional, y su tejido empresarial es uno de los más diversos y sólidos fuera de Lima.
Ese liderazgo no nace por casualidad. Se explica por la combinación de grandes empresas, pymes resilientes, servicios especializados, un sector académico en expansión y una cultura de trabajo que distingue a la región desde hace décadas. Pero hoy la pregunta ya no es si Arequipa puede liderar, sino cómo ese liderazgo se convierte en integración regional real.
El sur no es un conjunto de regiones aisladas; es un corredor con enorme potencial. Moquegua pequeña en población, inmensa en productividad , Tacna concentra comercio, servicios y una ubicación estratégica. Cusco es un motor turístico y cultural. Puno posee una reserva agropecuaria y minera que sigue creciendo. Integrarlos no debería ser un sueño, sino una hoja de ruta.
Arequipa puede cumplir ese rol articulador porque tiene lo que se necesita: infraestructura, conectividad aérea y terrestre, gremios fuertes inclusivos reales , un sector empresarial maduro y la capacidad de atraer inversión. Pero el liderazgo regional no consiste en centralizar; consiste en CONECTAR . En unir grandes empresas con proveedores locales. En alinear oportunidades para jóvenes emprendedores. En abrir mercados para las pymes que hoy luchan solas. En convertir la competencia interna en colaboración estratégica sinergia colectiva.
Las grandes empresas instaladas en la región también tienen un papel clave. No basta con operar; deben abrir espacios para que las pymes escalen, profesionalicen sus servicios, adopten estándares y se integren en cadenas de valor que multipliquen empleo formal y estabilidad. Esa articulación empresa grande + pyme local + talento joven es el verdadero motor del desarrollo regional.
El sur tiene todo para despegar: recursos, talento, historia y visión. Lo que falta es insistir en la integración, sostenerla y trabajarla con continuidad.
El liderazgo regional se construye sumando. Y el sur está listo para avanzar.
