Por Redacción

Arequipa perdió a una de sus figuras más emblemáticas del ámbito educativo y deportivo. El profesor Óscar Manzanares Pérez, fundador del Colegio José Carlos Mariátegui y formador de generaciones de estudiantes, fue hallado sin vida en su vivienda ubicada en la urbanización Juan XXIII, en el distrito de Yanahuara.

EDUCADOR Y DEPORTISTA SÍMBOLO DE PERSEVERANCIA

Agentes de la División de Investigación Criminal (Divincri) y del Departamento de Criminalística realizaron las primeras diligencias para determinar las causas de su fallecimiento. Manzanares residía junto a su hijo, quien padece esquizofrenia, según informaron fuentes cercanas a la familia.

Nacido en Arequipa el 1 de marzo de 1948, Manzanares dedicó más de cuatro décadas a la educación. Licenciado en Educación y con estudios en Psicología, su vocación pedagógica se consolidó desde muy joven. En 1973 fundó, junto con su padre, el Centro de Educación Especial Ovidio Decroly, destinado a niños con discapacidad intelectual y sordera. Años después, su empeño y visión lo llevaron a crear el colegio José Carlos Mariátegui, institución que dirigió durante 45 años y que se convirtió en uno de los referentes educativos de la ciudad.

En una entrevista concedida en 2024, Manzanares recordaba los inicios de su carrera con humildad y convicción. “Siempre me interesó la educación. Enseñar es una forma de trascender y dejar huellas”, afirmaba entonces.

Su vida estuvo marcada por una lucha constante contra las adversidades. Enfrentó un cáncer de colon en 2009, una recaída en 2016 y una septicemia generalizada en 2020, que lo mantuvo hospitalizado durante varios meses, incluso en la Unidad de Cuidados Intensivos. “Me sometí a diecisiete operaciones, y a pesar de todo, seguí adelante”, solía comentar con una sonrisa. Su fortaleza y optimismo lo convirtieron en ejemplo de resiliencia para sus alumnos, colegas y amigos.

Paralelamente a su labor educativa, Manzanares desarrolló una destacada trayectoria deportiva. Fue un apasionado del básquet y del frontón, disciplina en la que alcanzó importantes logros. En 1996 obtuvo el campeonato local y en 2008 consiguió un título internacional en la modalidad de dobles de la Federación Internacional de Tenis (ITF), junto a su amigo Ernesto Torreblanca, en las canchas del Club Internacional de Arequipa.

Por su liderazgo y compromiso, llegó a ocupar la dirección del Club Internacional en cuatro periodos distintos, siendo reconocido en 2015 por su contribución al desarrollo del deporte arequipeño.

Su partida enluta a la comunidad educativa y deportiva de Arequipa, que lo recuerda como un hombre perseverante, disciplinado y profundamente humano. “Fue un maestro en todo el sentido de la palabra”, expresaron sus exalumnos, quienes hoy despiden con gratitud al educador que dedicó su vida a formar con el ejemplo y la fe en la superación.