El precio del almuerzo en una picantería ya no es para todos
Actualmente solo los que más tienen pueden sentarse en sus mesas.
Por: Danna Felipe B.
Hoy en día almorzar en una picantería es prácticamente un lujo. No es algo que uno se pueda permitir frecuentemente como en el pasado. Los precios ahuyentan a cada vez más personas de sentarse a comer y beber en estos lugares, que originalmente reunían a todas las profesiones y oficios de diversas clases en sus grandes mesas. Ahora el dinero es el requisito que parece primar. A su vez, las emblemáticas picanterías parecen estar más concentradas en explotar económicamente la tradición que sus padres les heredaron en lugar de preservarla.
Sin embargo, el cineasta Barreda, coordinador general de la Sociedad Picantera de Arequipa sigue creyendo que “Las picanterías son locales de una gran raigambre popular. Se distinguen por eso. Por ser locales sumamente democráticos, horizontales, en los que confluyen todo el espectro de la sociedad arequipeña”. No puede haber democracia al segmentar el gozo de nuestros sabores solo para los que más tienen.
Hoy, el arequipeño de a pie solo acude en fechas especiales. No es un almuerzo que pueda permitirse todos los días. Las cosas han cambiado, antes podías compartir la mesa con nuevas personas sin que importe los rangos y las billeteras. Las picanterías fueron lugares en los que convergían risas e ideas por igual. Es más, mucho del progreso en nuestra ciudad se impulsó con una jarra de chicha de por medio.
Por su parte, los nuevos comensales van a estos lugares porque les han dicho que es lo más tradicional de Arequipa. Lástima que en muchos de los ahora “restaurantes” no se pueda experimentar esa sensación de familiaridad del pasado. Grupos ingresan actualmente y cada uno almuerza por su lado. El fin de nuestras verdaderas tradiciones empiezan con la muerte de sus raíces.
Sin embargo, el también editor dice que las picanterías no son restaurantes de lujo ni mucho menos que estén discriminando.
“Una picantería siempre es un local abierto a todo tipo de público, uno libre de toda discriminación. Y eso no quiere decir que haya picanterías que ya se hayan profesionalizado a tal punto en las que uno tenga que reservar mesa, porque tienen demasiada demanda y es atendido por una serie de camareros.”, dijo.
El problema es que el tiempo y el lucro han nublado los verdaderos horizontes de una picantería. El crecimiento económico de muchas empresas gastronómicas ha devorado los valores bajo los que nacieron. Pasa que gran parte de las disque “Picanterías” que hoy vemos parece que intentan asemejarse cada vez más a un restaurante de lujo, al que vas por moda solo en fechas especiales y en el que el dinero es el principal requisito.

Muy cierto, no podría decir que culturalmente los foráneos que han llegado a nuestras tierras han predominado sus egoismos, hay una pérdida de tradición y arequipeñismo que solo.mira cuánto cobro.
Vemos cantidad de picanterías y encuentro una tradicional con dificultad.
Quizá sea parte de la situación social que Arequipa atraviesa en este Siglo XXI.