Cada gesto y cada oración forman parte de una historia compartida

En Tiabaya, la devoción a Jesús de Nazareno atraviesa generaciones y continúa siendo el eje espiritual del distrito. Desde hace más de 300 años, la imagen acompaña a la comunidad y mantiene viva una tradición que forma parte de la identidad local.

Jorge Álvarez Bejarano, presidente de la Hermandad de Jesús de Nazareno, resalta la misión que los guía desde su fundación en 1925. “Lo que hacemos es mantener viva la fe, mantenerla en el corazón de cada uno de nuestros hermanos y hermanas”, afirma. La hermandad ha sido guardiana de esta expresión religiosa, transmitiéndola de padres a hijos como un legado de unión y esperanza.

La imagen es también el centro de la fiesta de Cuasimodo, una celebración con más de tres siglos de historia, declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Nación. Para Álvarez Bejarano, este reconocimiento refleja la fortaleza de la comunidad creyente.“Este título es un reconocimiento a la fuerza de la fe de nuestro pueblo”, señala el presidente al recordar que cada gesto y cada oración forman parte de una historia compartida.

Con 175 socios activos, la hermandad se prepara para las próximas actividades, la tradicional pelea de toros en febrero, la fiesta central el 20 de abril y, una semana después, la Octava y Guardada del 27 de abril, jornadas marcadas por la oración, la música y la participación de los devotos.

Álvarez Bejarano recuerda que el ingreso a la hermandad requiere un compromiso profundo»Para ser parte de esta hermandad, se necesita ser mayor de edad y tener un corazón lleno de fe”, expresa. En Tiabaya, Jesús de Nazareno sigue siendo un punto de encuentro espiritual, una presencia que acompaña y fortalece, recordando que la fe permanece viva cuando se sostiene en comunidad.