Crece la ocupación en zonas de riesgo

Las zonas altas de Cayma continúan expuestas a deslizamientos, activación de torrenteras y ocupaciones informales que ponen en riesgo a decenas de familias cada temporada de lluvias. A ello se suma un nuevo factor de alerta, el Instituto Geofísico del Perú (IGP) acaba de incluir al distrito entre los sectores que sufrirían daños en caso de una erupción del volcán Misti. Ante este panorama, la municipalidad ejecuta un plan preventivo que abarca limpieza de drenajes y mantenimiento de las principales torrenteras. “La mayoría de las torrenteras de la margen derecha del Chili nace en Cayma. La torrentera de Chullo, por ejemplo, atraviesa tres distritos, por eso su mantenimiento es urgente”, explica Alfredo Chávez, jefe de Gestión de Riesgos y Desastres.

Una de las preocupaciones centrales son las familias instaladas en áreas que la Autoridad Nacional del Agua (ANA) considera no mitigables. “No tienen autorización ni licencias. Hemos exhortado a que se retiren y seguimos coordinando acciones porque permanecen en la faja marginal”, señala Chávez. Se calcula que entre 20 y 30 familias continúan viviendo en esas zonas a pesar del riesgo.

El distrito tiene más de cuatro torrenteras principales, entre ellas Pasto Raíz y Chullo, cuyos afluentes aumentan la vulnerabilidad. Según Chávez, los puntos críticos se concentran en las partes altas, donde el terreno es inestable. Para evitar que las lluvias afecten la zona media y baja, se están haciendo desvíos hacia las torrenteras. Casablanca, Mujeres con Esperanza, Embajada de Japón, Primero de Junio y Los Jazmines son algunos de los sectores considerados más sensibles.

Mientras avanza el plan de prevención, el nuevo diagnóstico del IGP obliga a reforzar la planificación ante una eventual emergencia volcánica. La elaboración del Plan de Gestión Reactiva del distrito será clave para reducir la exposición de la población frente a múltiples amenazas naturales que convergen en Cayma.