PRIMARIAS: PRIMER FILTRO DE LA DEMOCRACIA
El Perú necesita partidos que vuelvan a ser escuelas de formación política y no simples vehí- culos electorales. las primarias son, en esencia, el primer filtro de la democracia. si se asumen con seriedad, permitirán que las elecciones generales de 2026 sean una verdadera competencia de ideas y no una feria de ambiciones. el mensaje es claro: sin partidos sólidos, no hay democracia sólida. y sin ciudadanos informados, no hay futuro posible.
Las elecciones primarias de abril de 2026 representan una oportunidad crucial para fortalecer la institucionalidad política del país. No se trata de un trámite más dentro del calendario electoral, sino del momento en que los partidos deben demostrar que están a la altura de su papel en una democracia representativa: seleccionar candidatos idóneos, con trayectoria limpia y propuestas claras.
El llamado del presidente del Jurado Nacional de Elecciones (JNE), Roberto Burneo, a que las organizaciones políticas “fi ltren y elijan bien” a sus postulantes no es una recomendación menor. Es, en realidad, un recordatorio urgente de que la crisis de representación que arrastra el Perú desde hace años tiene su origen en la debilidad de los partidos y en su defi ciente proceso interno de selección de cuadros. Las primarias —sean abiertas o por delegados— deberían servir para corregir esa falla estructural y ofrecer a la ciudadanía opciones legítimas y responsables.
Durante décadas, los partidos han privilegiado el cálculo personal o el interés coyuntural por encima del mérito y la convicción democrática. Las listas se han llenado de improvisados, de personajes sin preparación o, peor aún, con antecedentes cuestionables. Si esa práctica se repite en las próximas primarias, el país volverá a enfrentar elecciones generales plagadas de desconfi anza y apatía, donde el voto nulo o blanco se convierte en un refl ejo de frustración más que de esperanza.
Por ello, la responsabilidad de elevar el nivel del debate y de los candidatos no recae únicamente en el JNE. Compete a los propios partidos, a la academia, a los medios de comunicación y a la ciudadanía. Informarse, contrastar propuestas y exigir transparencia debe ser el punto de partida para que el sufragio de abril no sea un salto al vacío, sino un paso hacia la reconstrucción de la confi anza pública.
