Arequipa destila identidad: nace Boticario Oak Barrel
Oak Barrel, reposado que fusiona tradición y elegancia.
Por Rocío Velazco C.
En el universo de los destilados artesanales, pocas marcas logran combinar tradición e innovación con tanta naturalidad como Boticario. Su más reciente lanzamiento, el Boticario Oak Barrel —o simplemente “gin reposado”—, marca un nuevo capítulo en la historia de una empresa familiar con más de 130 años de herencia en la destilación. Detrás de esta nueva propuesta está Diego Jalsovec Rendón, el rostro joven de una tradición que se reinventa sin perder sus raíces.
EL GIN QUE MADURA EN BARRICA
El Boticario reposado es el cuarto sabor en la línea de gin artesanal que produce la destilería arequipeña. Su diferencia es clara y aromática: tras el proceso de destilación, el licor reposa en barricas de roble americano, que le otorgan una complejidad única. “El roble aporta notas cálidas y redondea el sabor del gin clásico. No buscamos ocultar su esencia, sino elevarla”, explica Diego Jalsovec Rendón, gerente general de Boticario Dry Gin – Arequipa Distillery Co.
El desarrollo de este nuevo producto tomó cerca de un año entre pruebas, maceraciones y ajustes. Para el equipo de Boticario, la investigación constante es una parte esencial del proceso creativo. “Tenemos más de cien recetas trabajadas. Lo importante es experimentar y aprender a lanzar productos de forma más ágil sin perder calidad”, agrega el representante de la marca.
Hoy, la línea Boticario ofrece cuatro sabores: el gin clásico, de frutos rojos, blueberry y ahora el Oak Barrel, el nuevo reposado que fusiona tradición y elegancia.
El origen de Boticario se remonta al bisabuelo de Diego, quien fundó la destilería dedicada al cañazo o aguardiente de caña. Durante generaciones, la familia mantuvo esa línea de producción con dedicación y orgullo. Sin embargo, cuando el negocio llegó a manos de Diego, la historia tomó un nuevo rumbo.
“Siempre digo que soy la oveja negra de la familia”, comenta entre risas. “Decidí no quedarme solo con el cañazo, sino darle un giro, crear algo que representara nuestro tiempo.” Así nació Boticario, un destilado elaborado sobre la misma base de caña, pero reinterpretado con botánicos y técnicas modernas.

El paso de la tradición al emprendimiento contemporáneo no fue sencillo. “Fue una decisión que implicó riesgos y mucho trabajo, pero siempre tuve el apoyo de mis padres. Ellos sentaron las bases, yo solo les di otra forma”, relata Jalsovec.
Para Diego, el éxito de Boticario no se mide solo en ventas, sino en permanencia y autenticidad. En un mercado tan competitivo como el de los destilados, su mayor fortaleza ha sido la pasión. “Hay muchas dificultades: la competencia con grandes marcas, los costos, los procesos. Pero la pasión es la que nos permite seguir adelante”, afirma.
Esa misma convicción impulsa los proyectos que vienen. Tras cerrar el año con el lanzamiento del gin reposado, Boticario se prepara para ampliar su línea con dos nuevos sabores en 2026, completando así una colección de seis. Pero el paso más audaz será su ingreso al segmento de bebidas listas para tomar o ready to drink (RTD), un formato moderno que apunta a nuevos públicos.
“Queremos mantener la esencia artesanal, pero adaptarla a los hábitos actuales del consumidor. No se trata de cambiar lo que somos, sino de evolucionar”, subraya Jalsovec.
Con el Oak Barrel Gin, Boticario demuestra que la tradición puede dialogar con la modernidad sin perder su alma. En cada botella hay más que un destilado: hay tiempo, historia y una voluntad constante de crear. Como el roble que da vida a su nuevo producto, la marca sigue creciendo firme, con raíces profundas y una mirada puesta en el futuro.
En una tierra donde el volcán mira de frente al cielo y el viento lleva el aroma del fuego y la madera, la historia del emprendimiento arequipeño Boticario continúa escribiéndose con la tinta invisible del tiempo. Su nuevo lanzamiento, Oak Barrel, no es solo un gin: es una declaración de principios. Es la convicción de que lo artesanal, cuando se hace con respeto y paciencia, puede alcanzar la categoría de arte.
En el taller de Arequipa Distillery, ubicado en el valle de Aplao, el cobre canta. Las manos de los destiladores trabajan con dedicación en cada proceso, recordando que la alquimia no está en los laboratorios, sino en el oficio. Allí, entre el aroma del enebro y la madera, nació Boticario Oak Barrel, un gin que aprendió a esperar.
Durante semanas, el destilado reposó en barricas de roble, respirando despacio, absorbiendo los secretos del tiempo. En ese silencio dorado, el enebro —ese fruto pequeño y antiguo que da alma al gin— se mezcló con notas de vainilla, especias y madera tostada. El resultado no fue una simple bebida, sino un recuerdo líquido, un eco de las cosas bien hechas.
Cada botella guarda una historia: la de una familia arequipeña que apostó por rescatar la tradición del destilado artesanal; la de una ciudad que imprime carácter en todo lo que toca; la de un oficio que, en medio de la modernidad acelerada, aún defiende la lentitud como virtud. Boticario Oak Barrel es, así, una celebración del tiempo y del origen.
En el corazón del valle de Majes en Aplao, en el pequeño pueblo de Acoy, cada producto se elabora en cantidades limitadas, garantizando pureza y autenticidad. No hay producción masiva ni automatizada: hay manos, hay fuego, hay paciencia. Y, sobre todo, hay respeto por la tierra.
Este modelo de trabajo, además de preservar el sabor y la identidad del gin, genera impacto positivo. Arequipa Distillery genera empleo local, impulsa la economía de la zona y apuesta por una producción sostenible que reduce residuos y aprovecha al máximo los recursos naturales. El compromiso con el entorno es tan fuerte como el aroma de su destilado.

El auge del gin artesanal ha abierto un nuevo capítulo en la cultura de bebidas del sur peruano. En Arequipa, donde el vino, el pisco y la cerveza artesanal ya tienen espacio propio, el gin se abre camino como una expresión contemporánea del espíritu local.
