El polémico Héctor Cornejo Chávez

Para mí fue uno de los políticos más brillantes de inicios del siglo XX que pudo ser presidente.

LOS AREQUIPEÑOS QUE YO CONOCÍ

Por Carlos Meneses Cornejo  

Nació en Arequipa el 15 de noviembre de 1918, en una casa de la cuarta cuadra de la calle Rivero, a la vuelta de donde yo vivo. Sus padres fueron Héctor Cornejo Gilt y Laura Chávez Quesada.

Estudió en el colegio de San Francisco de Asís, donde también inició sus experiencias de profesor, enseñando a alumnos de 2do y 4to año de primaria y después, ya adulto en la Universidad Nacional de San Agustín (UNSA). Allí también fue maestro en la Facultad de Derecho de la UNSA de la que llegó a ser Secretario General, escribió en El Pueblo como director de la página Editorial.

En el año de 1955 con el grupo Social Cristiano en el que militó desde años juveniles, formaron las bases para el Partido Demócrata Cristiano (PDC) fundado ese mismo año.

En 1966, en el primer gobierno de Fernando Belaúnde Terry, el arquitecto lo llamó cuando ya era diputado y Cornejo asumió el Ministerio de Justicia.

Fue siempre un gran polemista y en sus mejores años de tal, sobre todo en el Congreso, sus opositores políticos le temían cuando él sustentaba sus proyectos e ideas porque era virtualmente irrefutable.

Había sido un opositor permanente al gobierno de Manuel Odría que derrocó al gobierno de José Luis Bustamante y Rivero y luego se unió a la candidatura de Fernando Belaúnde y juntos ganaron la elección general de 1980.

Tiempo después renunció a la alianza, pero al interior de su partido surgió un líder opositor que fraccionó la democracia cristiana creando otro grupo político también Social Cristiano al que denominaron Partido Popular Cristiano (PPC), ese hombre fue Luis Bedoya Reyes, quien llegó a ser alcalde de Lima.

Cornejo, para mí, cometió un error que le costó no ser presidente; se acercó al entonces dictador Juan Velasco Alvarado, quien lo nombró director de El Comercio, a cuyo propietario y director del diario, Luis Miró Quesada, encerró en su vivienda. Y en provincias también intervinieron cadenas periodísticas como la de Correo – Arequipa, cuando yo era director.

Cornejo era poco afecto a conceder entrevistas a periodistas, pero sí gustaba de dialogar con masas de manifestantes entre quienes tuvieron el privilegio de hablar con él y lo lograron están Enrique Zileri, director de la revista Caretas, y César Hildebrant, y en Arequipa conmigo.

Fue el hermano mayor Elard Cornejo Chávez que era funcionario de SEAL, quien gestionó la conversación conmigo y que se realizó en la casa que él tenía en el Vallecito.

Yo tenía un equipo de apoyo, pero a la cita con él ingresó hasta el chofer de la empresa televisiva por el afán de escucharlo; fuimos alrededor de ocho trabajadores que, cuando terminé las preguntas y las respuestas de Héctor, nos pidieron a ambos que siguiéramos hablando superando el tiempo que yo tenía semanalmente en el canal 8 de propiedad de la familia Mendoza.

Yo calificaría de deslumbrante la conversación que por su extensión motivó que los máximos ejecutivos de la televisora tuvieran que cederme autorización para hacerla en dos programas que llegaron a durar poco más de una hora.

Cornejo Chávez, poco tiempo después, sufrió un accidente cerebral cuando salió del Congreso y abordó su carro con el fin de volver a casa se encontró desorientado con respecto al camino por seguir y acudió a un efectivo policial de esquina para pedirle ayuda.

El hombre lo reconoció y subió a su costado hasta llevarlo a su hogar donde Cornejo tuvo dificultad en reconocer a quien le abrió la puerta. Víctima de esta amnesia súbita sus familiares lo acogieron y con amor lo cuidaron durante 6 años hasta que él muere y es enterrado.

Sus restos fueron sepultados y reposan en un cementerio de Lima. Quienes lo conocieron y siguieron su vida lo consideraron honesto y un valor de hombre público que nadie podría desmentir. Debo terminar diciendo que los Cornejo Chávez me dejaron un recuerdo cuando el hermano menor y vocal de la Corte de Arequipa, Alfredo, me entregó dos lámparas de aceite votivas, cuando Héctor ya se había ido a un mundo que de seguro es el cielo.

Luis Bedoya Reyes (izq) fue alcalde de Lima.

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  1. Excelente nota del maestro y amigo, Carlos Meneses. Conocí a H.C.CH. a inicios de los años sesenta, en el local partidario de la Democracia Cristiana, en la cuadra 2 de la calle Jerusalén, durante una exposición vinculada a los 4 tipos de justicia social. Por mi edad, ocupaba la última banca. Cornejo fue secretario de Palacio durante el gobierno de Bustamante y Rivero. Y cuando formó alianza con Belaúnde Terry, fue en el año1963. Por esas cosas de la vida, guardo el original del estatuto del partido de la D.C. del año 1955.

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