Cecilia Jarita no pudo recuperar los niveles pre pandemia en Educación
Por Jorge Turpo R.
Siete de cada 10 escolares no puede resolver problemas de matemáticas y 6 de cada 10 no comprende lo que lee. Marco Choque es el nuevo gerente regional de Educación. “El remedio puede ser peor que la enfermedad”, dice el dirigente del SUTEP, Hamer Villena.
TRES AÑOS PERDIDOS PARA MEJORAR EL APRENDIZAJE
Tres años al frente de la Gerencia Regional de Educación no fueron suficientes para que Cecilia Jarita lograra mejoras visibles en los aprendizajes escolares de Arequipa. Ni siquiera se alcanzó a recuperar los niveles previos a la pandemia, un objetivo mínimo en un sector que arrastra emergencias, diagnósticos y advertencias desde hace más de un lustro.
Los resultados de la Evaluación Nacional de Logros de Aprendizaje confirman la magnitud del retroceso. En lectura, apenas el 44.5% de los estudiantes alcanzó un nivel satisfactorio; es decir, 6 de cada 10 alumnos no comprende adecuadamente un texto, no logra identificar ideas principales ni deducir información contextual.
En matemáticas, la situación es todavía más crítica: solo 33.3% resolvió problemas acordes a su grado, lo que significa que 7 de cada 10 escolares no domina las habilidades básicas de razonamiento y cálculo.
Si se compara con el 2019, antes de la pandemia, el retroceso es evidente. En matemáticas, por ejemplo, Arequipa está 10.9 puntos porcentuales por debajo del nivel alcanzado hace seis años.
Todo esto ocurre pese a que la región dispone de un presupuesto anual que bordea los S/ 722 millones para educación, y que para este 2025 tuvo el triple de recursos que hace una década. Más dinero, pero menos resultados.
Jarita, sin embargo, fue la funcionaria más duradera del gobernador, Rohel Sánchez. Mientras la mayoría de sus gerentes cambiaban a los pocos meses, algunos incluso duraron días, ella permaneció tres años en el cargo. Ese respaldo político inusual generó cuestionamientos desde el inicio.
Para Hamer Villena, secretario regional del SUTEP, la permanencia de Jarita no se explicó por méritos ni resultados, sino por vínculos personales.
“Todo se trató de un pago de favores”, asegura. Según él, la relación amical entre Jarita y la esposa del gobernador, Luz Marina Zeballos, influyó en su designación y en la protección política que recibió pese a los deficientes indicadores del sector.
Villena sostiene que la ahora exgerenta no cumplía el perfil técnico necesario y que su gestión se caracterizó por decisiones improvisadas. Un ejemplo, dice, fue la elaboración del nuevo diseño curricular regional.
“Se esperaba una actualización seria, pero lo que se hizo fue solo una diversificación. Eso no ayuda a superar el atraso en investigación, ciencia y tecnología que tiene Arequipa”, dijo.
A ello se suman denuncias por el uso irregular de los locales de SUBCAFAE, que según el dirigente se emplearon para actividades de la Gerencia sin pagar alquiler, pese a contar con presupuesto propio para ese fin. “La pregunta es a dónde fue ese dinero”, cuestiona.
REEMPLAZO QUE NO CONVENCE
La salida de Jarita no ha calmado las aguas. Para el SUTEP, la designación del nuevo gerente, Marco Choque Manrique —proveniente de la UGEL Andahuaylas, en Apurímac— abre más dudas que expectativas. “El remedio puede ser peor que la enfermedad”, advierte Villena.
El dirigente señala que, existiendo profesionales en Arequipa capaces de asumir el cargo, traer a alguien de otra región no tiene justificación técnica. Peor aún, denuncia que Choque tiene vínculos académicos con la esposa del gobernador (estudiaron juntos en la universidad), lo que alimenta la percepción de que nuevamente se impusieron criterios políticos y personales sobre la meritocracia.
“El magisterio apoyó al gobernador para que llegue al cargo. Lo mínimo hubiera sido convocar a un concurso público, revisar expedientes y escoger lo mejor. Pero no se hizo”, afirma Villena.
El sindicato también pidió al nuevo gerente revisar las denuncias acumuladas. Desde presuntos actos de corrupción hasta una sentencia de Servir y dos del Poder Judicial que habrían declarado ilegal el nombramiento de la actual jefa de personal. Nada de eso fue atendido durante la gestión de Jarita.
UN SISTEMA QUE NO DESPEGA
Los aprendizajes están estancados en Arequipa. La brecha digital persiste, los docentes carecen de formación continua suficiente, y los estudiantes no reciben una educación que los prepare para un mundo que exige comprensión, pensamiento crítico y habilidades matemáticas sólidas.
Las consecuencias serán visibles en los próximos años. Un niño que no comprende lo que lee o no resuelve problemas básicos tendrá más dificultades para insertarse en la vida adulta, acceder a empleos formales o participar plenamente en la ciudadanía.
La región tiene recursos, infraestructura y un magisterio con capacidad. Lo que falta, apunta Villena, es gestión seria, técnica y transparente.
“Arequipa no puede darse el lujo de perder otros tres años. El nuevo gerente tiene la responsabilidad inmediata de revertir el daño, ordenar la casa y demostrar que esta vez la educación sí será prioridad y no un espacio de favores políticos”, dijo.
Es claro que sólo así se empezará a cerrar la brecha que dejó la pandemia y que una mala gestión no hizo más que ensanchar.
