PARTIDO APRISTA: ITINERARIO ELECTORAL Y EL RETO 2026
Por: Edgard Norberto “Beto” Lajo Paredes

El PAP de 1930 a 1960 se constituyó en el partido de las mayorías, se evidencia en los procesos comiciales de ese período: 1931, candidateó Haya, hubo fraude, años después se encontraron ánforas donde triunfó el postulante aprista, este hecho no lo han investigado los historiadores no apristas. 1936, postuló Luis Antonio Eguiguren, renunció a la Presidencia del Congreso, en protesta al desaforo brutal de constituyentes apristas (20/02/1932), por la tiranía de Sánchez Cerro; ganó con votos apristas, las anularon. 1940, no permitieron la inscripción de la candidatura de Haya, los apristas eran ciudadanos sin derechos. 1945, se formó el Frente Democrático Nacional, triunfó José Luis Bustamante y Rivero, tuvo el gesto democrático de acceder a candidatear si se permitía el voto a los apristas. 1956, los seguidores de Haya, una vez más, podían elegir y no ser elegidos, votaron por Manuel Prado, accediendo a la Presidencia del país, éste se comprometió devolver legalidad al APRA, cumplió.

En 1962, Haya obtuvo la más alta votación, no alcanzó el tercio de votos, exigido por la Constitución de 1933 para ser proclamado presidente de la República, debiendo ir a segunda vuelta en el Poder Legislativo, surgió el veto militar en su contra, luego, vino el golpe de Estado y anularon las elecciones. A partir de esta elección, la colectividad aprista se convirtió en el partido del tercio electoral, lo reconoce el mismo Haya (discurso del Veto 04/07/1962), al decir: “tenemos que rendirnos ante la realidad, ya no somos el partido de las mayorías, ese honroso título tenemos que guardarlo en la refrigeradora y recuperarlo en próximas elecciones, ahora somos un tercio del electorado”; el tercio aprista, se dio en las elecciones de 1978 (Asamblea Constituyente), 1980 (presidenciales), 1983 (municipales). En 1985, con Alan García, triunfó abrumadoramente (53%), recuperándose el “honroso título de partido de las mayorías nacionales”, reeditándose en las elecciones municipales (1986), ganaron en circunscripciones, difíciles para el APRA: Lima, Cusco, Puno, Juliaca y otros lugares.

En elecciones de 1990, con Luis Alva Castro, captó el 22.64%, ubicándose como el partido del quinto electoral; así se mantuvo en las elecciones de 2001 (25%), 2006 (24%), con Alan García, pasando a la segunda vuelta electoral, en ambos procesos, resultando reelegido en 2006. En siguientes comicios, fueron debacles electorales: 2011 no hubo candidato presidencial; 2016, con Alan García (5.8%); 2020, elecciones parlamentarias (2,7%); 2021, no permitieron la inscripción, no se participó, cancelándose su inscripción del ROP del JNE. En la actualidad, se encuentra nuevamente inscrito y apto a participar en las Elecciones de 2026. La pérdida de inscripción, causó un impacto duro en el pueblo aprista, militantes y bases, conmovedoramente reaccionaron, con mensajes de autoaliento y mutuoaliento, “de abajo hacia arriba”, Tony Seminario, compuso una canción de reanimación: “Resistiré aprista”, con música del tema “Resistiré”, elaborada el 2019, ante la trágica decisión del presidente Alan García, siendo difundida en hogares y grupos whatsaap apristas. El país, está viviendo, la amarga experiencia del Congreso del hampa, sin representación aprista, tirios y troyanos, extrañan la célula parlamentaria aprista. Después del golpe sufrido, se inició la campaña de inscripción, dándose una movilización nacional, obteniéndose la recuperación del registro en el JNE; se constituyeron buen número de comités regionales y provinciales, sostenido por empeñosos puñados de militantes; aprestándose, afrontar las Elecciones Generales de 2026, cuya candidatura presidencial se definió, en las elecciones internas universales de afiliados el 30 de noviembre de 2025.

Sorprendió el triunfo del joven Enrique Valderrama, venció a los muy conocidos y recorridos: Javier Velásquez Quesquén – Carla García, Jorge del Castillo – Mauricio Mülder, Hernán Garrido-Lecca – Omar Quesada. El reto es remontar la valla electoral, seria dificultad a superar: cientos de apristas pululan en otros partidos políticos; otros cientos de compañeros se han apartado del activismo partidario; los hijos y nietos ya no siguen la política de sus padres y abuelos apristas; hace tiempo no se tiene al sólido norte aprista; el partido aprista ya no es una fuerza electoral importante. El Perú, necesita al APRA, pero, debe reencontrarse con la ciudadanía; estructurarse como partido para las mayorías nacionales y reposicionarse en la izquierda democrática indoamericana

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