Una vez más, recesión a la vista
Por: Ricardo Montero Reyes
Mucho se habla de la posibilidad de una recesión global en el 2023 por efecto de las crisis generadas, principalmente, por la pandemia del covid-19 y la invasión a Ucrania. Hoy, es incesante el aumento de los precios de los alimentos, combustibles y de otros productos básicos, y la desaceleración del crecimiento económico. Una de las consecuencias es una incontenible inflación.
Una de las acciones para resistir a la crisis es la elevación de las tasas de interés por parte de los bancos centrales, “una tendencia que probablemente continuará hasta bien entrado el año próximo”, da cuenta el Banco Mundial en un informe difundido el 15 de setiembre último. En nuestro país, el BCR elevó hace pocos días la tasa de interés de referencia de 6.50% a 6.75%.
Si bien la tasa de inflación a 12 meses disminuyó de 8.74% en julio a 8.40% en agosto, sigue sobre el rango meta. El BCR prevé que recién comience a decrecer firmemente en el segundo semestre del 2023 por la moderación de los precios internacionales de alimentos y energía, y por la reducción de las expectativas de inflación.
Al elevar las tasas de interés, los bancos centrales encarecen el costo del crédito y reducen la tendencia a endeudarse. Así, las empresas al disminuir su endeudamiento reducen sus inversiones, y las personas posponen sus planes para tomar préstamos. De esta manera, los precios caen ante la reducción de la demanda (consumo). Sin embargo, a decir del Banco Mundial, “es posible que la trayectoria […] de los aumentos de las tasas de interés y de otras medidas […] no sea suficiente para reducir la inflación mundial a los niveles registrados antes de la pandemia”.
Recordemos que la frenada en seco de la economía mundial que provocó la pandemia a partir del verano del 2020 no ha sido la única crisis en el siglo XXI. En el 2008, el mundo recibió otro duro golpe al llegar a su fin un ciclo expansivo comenzado a mediados de la década de 1990. En total, según un informe de la BBC, el mundo ha sufrido 14 recesiones en los últimos 150 años, incluida la del covid-19.
En esta ocasión, una vez más se ha venido abajo el anhelo de gozar una vida más plena. Una vez más, la economía se desmorona y, de paso, arrasa las promesas de prosperidad que los mercados habían ofrecido. Ante ese escenario, valdría preguntarnos si estamos cometiendo los mismos errores que causaron las anteriores peores recesiones en la historia del capitalismo. Es urgente encontrar la respuesta porque ya es catastrófico comprobar, por citar un solo caso, que los niveles extremos de hambre se hayan disparado en seis años un 123% en los diez países más afectados por el cambio climático, según Oxfam Internacional.
Tengamos en cuenta que la paralización de las empresas, el desempleo masivo, la caída de los salarios, el incremento de los precios y la escasez de los productos básicos causan desesperación y conflictos, y estos destruyen la democracia.