Constitución: debates ideológicos siglo XIX
Por: Edgard Norberto «Beto» Lajo Paredes

Nos vamos a atrever, a pasar revista de manera panorámica, sin el ánimo de establecer tesis definitivas, el mismo exige un trabajo de investigación rigurosa, que no es propósito de este comentario.

Las ocho Cartas Magnas del siglo XIX (1823, 1826, 1828, 1836, 1839, 1856, 1860 y 1867), estuvieron inmersas en dos debates ideológicos: Primero, entre Monarquía Constitucional e Independiente, con su mentor José de la Riva Agüero y Sánchez Boquete; y República Antimonarquista, con su vocero José Faustino Sánchez Carrión. Segundo, se dio entre Conservadores con su Ideólogo de la “soberanía o aristocracia de la inteligencia” Bartolomé Herrera, con la tendencia del predominio del Poder Ejecutivo; y Liberalismo, impulsado por José Gálvez Egúsquiza, con la propuesta de la primacía del Poder Legislativo.

MONARQUISTAS Y REPUBLICANOS

El Perú independiente, de la primera década, se definió por el régimen político de República Independiente, reflejado en la Teoría del Estado de la Separación de Poderes (Poder Legislativo, Poder Ejecutivo y Poder Judicial); desestimándose la Monarquía Constitucional. En otras palabras, de este debate ideológico, triunfó la propuesta republicana, quedando desterrada para siempre, el planteamiento monarquista y sus derivados y similares, es decir, el totalitarismo de derecha e izquierda.

Esta fue la primera definición política del Perú: rechazo de la monarquía y adopción del régimen político republicano. Esto es parte del Constitucionalismo Histórico Peruano, por el cual, los peruanos, en el fondo, somos republicanos y antimonarquistas. En 200 años, a nadie se le ha ocurrido plantear el régimen de monarquía constitucional, estamos muy seguros que, nadie lo va a sugerir siquiera, es decir, nuestro ser político es de República, libertad y democracia. Repudiamos la concentración de los poderes en una sola persona (Rey) o en un solo partido político (fascismo y comunismo). Los peruanos al definirnos antimonarquistas y republicanos, en esencia somos demócratas, pluralistas y anti totalitarios. Nadie nos puede proponer un régimen político distinto al democrático ni diferente al de separación de poderes: legislativo, ejecutivo y judicial.

CONSERVADORES Y LIBERALES

El debate se centró en el sistema de gobierno Presidencialismo (Poder Ejecutivo), alentado por el conservadurismo, su teórico Bartolomé Herrera; y, Parlamentarismo (Congreso de la República Primer Poder del Estado), planteado por el liberalismo, su exponente Pedro Gálvez Egúsquiza. Nuestros Padres de la Patria, optaron por un Sistema de Gobierno híbrido o mixto, adoptándose, aspectos del Sistema de Gobierno Presidencial (elección directa del Presidente de la República, designación presidencial de los ministros, capacidad de observar las leyes aprobadas por el Congreso de la República, etc.); y, recogiéndose características del Sistema de Gobierno Parlamentario (vacancia del Jefe de Estado, interpelación y censura de ministros, voto de investidura del Gabinete Ministerial, etc.). Luis Felipe Villarán, dice: “Las constituciones de 1839 y 1856, son las más notables… Aunque inspiradas en doctrinas opuestas” (“La Letra de la Ley. Historia de las constituciones del Perú”, Centro de Estudios Constitucionales, Tribunal Constitucional del Perú, Primera Edición junio de 2018, pág. 64), conservadora la primera, liberal la segunda; el debate de conservadores y liberales, reemplazó el debate entre monárquicos y republicanos.

LIQUIDACIÓN DEL FEDERALISMO

En relación a la forma de Estado: Unitario y Federal, con la Constitución de 1828, desaparecido Sánchez Carrión, su solitario defensor, se liquidó el sistema federal. Cuestionamos el centralismo, pero lo practican; nos inclinamos por la descentralización, avanza lento; proponemos regionalización, pero, parcelada, no integrada.

INTOLERANCIA RELIGIOSA

Con la religión, no hubo debate, en las ocho Cartas Políticas del Siglo XIX, se impuso como religión oficial, a la Apostólica, Romana y Católica, con una hegemonía de intolerancia religiosa; prohibiéndose, el reconocimiento de otras religiones. El dato curioso es, monarquistas y republicanos, coincidían plena y absolutamente, en el Catolicismo; exactamente lo mismo, aconteció con los conservadores y liberales; todos ellos, profesaban expresa o tácitamente, la religión católica.

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