Invadieron sede de Palacio, Congreso y de la Corte Suprema en Brasil
— Redacción Diario El Pueblo —

Seguidores del exmandatario brasileño Jair Bolsonaro invadieron violentamente ayer domingo el Palacio de Planalto, sede del Ejecutivo y la Corte Suprema, después de haber irrumpido antes en el Congreso Nacional en actos golpistas contra el presidente Luiz Inácio Lula da Silva.

INTENTO DE GOLPE DE SEGUIDORES DE BOLSONARO

Los ventanales de la sede del Poder Judicial y del Congreso Nacional fueron rotos por los manifestantes, que ya ocupan los edificios de los tres poderes en el país.

Lula, quien está de visita en el interior del estado de Sao Paulo, no se encontraba este domingo en Brasilia.

Patrullas de la Policía Legislativa, que vela por la seguridad en el Congreso, fueron atacadas y las barreras que acordonaban las sedes de los tres poderes fueron destruidas por los manifestantes.

Los actos antidemocráticos piden la intervención militar de las Fuerzas Armadas para derrocar a Lula, quien asumió la Presidencia hace una semana, el 1 de enero.

Los bolsonaristas radicales no reconocen la victoria en las urnas de Lula, quien en la segunda vuelta del 30 de octubre ganó con el 50,9 % de los votos válidos frente al 49,1 % de Bolsonaro.

Las policías del Legislativo y de la Fuerza Nacional de Seguridad, un grupo de elite de agentes de los diferentes estados, lanzaron gases lacrimógenos para dispersar, sin éxito, a los manifestantes, que portaban banderas del país y algunos estaban armados con palos.

El ministro de Justicia, Flávio Dino, que desde el sábado había autorizado la actuación de la Fuerza Nacional de Seguridad ante la llegada a la capital brasileña de decenas de autobuses de bolsonaristas, dijo que la voluntad de los radicales «no prevalecerá».

Inmediatamente después de la derrota en las urnas el pasado 30 de octubre, los bolsonaristas montaron campamentos frente a los cuarteles en varias ciudades brasileñas y en muchos lugares permanecen concentrados desde hace dos meses.

Los actos en Brasilia desataron otros en el país, entre ellos en Sao Paulo, donde la Avenida 23 de Maio, una de las principales carreteras urbanas de Sao Paulo, fue bloqueada por bolsonaristas impidiendo la circulación de automóviles cerca del aeropuerto de Congonhas.

POLICÍA RECUPERÓ EL CONTROL

Las fuerzas de seguridad recuperaron e el control de las sedes del Congreso, la Presidencia y la Corte Suprema de Brasil, tras ser invadidos y vandalizados por cientos de seguidores radicales del exmandatario Jair Bolsonaro, en Brasilia.

Agentes antidisturbios cargaron contra los manifestantes golpistas con gases lacrimógenos y establecieron un perímetro alrededor de la plaza de los Tres Poderes, donde se encuentran los edificios que albergan los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial.

Según informaciones preliminares de la Policía, citada por medios locales, hasta el momento hay 150 detenidos.

Miles de partidarios de extrema derecha, simpatizantes de Bolsonaro, provocaron el caos en la capital brasileña al entrar de forma violenta y destrozar parcialmente el Supremo, el Parlamento y el Palacio de Planalto, sede del Gobierno.

Los hechos, condenados de forma unánime por la comunidad internacional, ocurrieron exactamente una semana después de Luiz Inácio Lula da Silva asumir la Presidencia de Brasil.

Fueron alrededor de cuatro horas y media durante las cuales los manifestantes bolsonaristas invadieron esas instalaciones, generando destrozos en el interior, mientras otras decenas rodeaban los edificios, algunos de ellos equipados con palos.

Ante los graves altercados, Lula, quien se encontraba de viaje en el interior de Sao Paulo para conocer los daños de las fuertes lluvias de los últimos días, decretó la intervención federal en el área de seguridad del Distrito Federal de Brasilia.

La medida, que estará vigente hasta el próximo 31 de enero, implica que las fuerzas de seguridad de Brasilia estarán bajo control directo del Gobierno federal.

El dirigente progresista también prometió en un pronunciamiento encontrar y castigar a los «vándalos fascistas» que «destrozaron todo lo que encontraron a su paso» en Brasilia e identificar a los posibles «financiadores» de esos actos antidemocráticos.

Poco antes del anuncio de Lula, el secretario de Seguridad de Brasilia, Anderson Torres, quien fue ministro de Justicia en el Gobierno de Bolsonaro, fue destituido de su cargo.

El Gobierno de Lula, a través de la Abogacía General del Estado, solicitó además al Supremo la prisión de Torres.

El episodio vivido hoy en Brasilia recordó a la invasión del Capitolio de Estados Unidos ocurrida el 6 de enero de 2021 por parte de simpatizantes del expresidente Donald Trump, quien guarda una relación de amistad con Bolsonaro.

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, decretó ayer la intervención federal en el área de la seguridad de Brasilia, tras el caos provocado por miles de seguidores radicales del exmandatario Jair Bolsonaro.

Lula nombró como interventor a Ricardo Capelli, secretario general del Ministerio de Justicia, quien será el responsable de toda el área de Seguridad en la capital hasta el próximo 31 de enero y estará subordinado directamente al presidente.

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