Por: Carlos Meneses

“Arequipa no se detendrá pues tiene buenos hijos para seguir hacia adelante.”

Como consecuencia de lo ocurrido en el régimen de Castillo y después en el de Dina Boluarte, las miradas de un país que quiere volver a niveles de normalidad deben estar dirigidas hacia la deprimida región del sur del país y confiar en las nuevas autoridades regionales y municipales que reclaman empleo y desarrollo.

Es necesario señalar que las debilidades evidenciadas en este tiempo y también las equivocadas actitudes de autoridades anteriores, así como la ausencia de liderazgos suficientes nos condujeron hacia la informalidad y el desencanto.

Estamos lejos de aceptar, como contraparte de esta evidencia, la idea de separarnos del amado Perú nuestro como tuvo el atrevimiento de sugerirlo un ciudadano extranjero que, en Bolivia, pensó aprovechar la situación que padecemos para, seguramente, conseguir salida al Pacífico y engullir a lo que en algún tiempo se pensó hacer con la Confederación Perú-Boliviana.

Arequipa, como tierra modelo de fraternidad y de brazos abiertos para todos aquellos que quieran ser emprendedores y que vengan a esta tierra bendita, mantendrá sus puertas abiertas invitando a todos a construir mejores destinos y desarrollo para juventudes y niñez.

Sabemos que han sido hermanos nuestros los que se equivocaron y están pagando las consecuencias de sus errores, pero aun con ellos seremos benignos para darles la oportunidad de reivindicar nombres y devolvernos lo que mal hicieron cuando evidenciaron ser injustos con la tierra que los acogió o en la que nacieron.

Con amor y fe seguimos creyendo en Arequipa, en el sur del Perú bondadoso y proclamamos que los cerebros y corazones nuestros seguirán siendo lo mejor que podemos ofrecer por el Perú.