Por: Carlos Meneses

“La batalla contra el coronavirus está a punto de ser ganada, en ello nos hemos empeñado todos y los que no lo han hecho son los únicos que están sufriendo las consecuencias de su descuido”.

Las restricciones que fueron necesarias imponer cuando se evidenció la presencia del coronavirus en el Perú están siendo dejadas de lado por decisión del gobierno central, pues aparentemente la tercera ola de la enfermedad está en retirada en todo el país y principalmente en Lima, donde reside la tercera parte del total de la población peruana.

Ahora los aforos permiten que en locales abiertos o cerrados se pueda reunir el mismo número de compradores o visitantes como antes de que apareciera el mal. Solo es necesario acreditar que se tienen las tres vacunas recomendadas por los científicos para evitar los peligros de muerte, usar las mascarillas en los lugares de gran concentración de personas y guardar un mínimo de distancia de un metro 1.50 para evitar contagios y reducir los riesgos de contraer el Covid-19.

El mundo en general está saliendo de la peor parte de la epidemia. Hay naciones que han tenido cuartas y quintas olas, que han logrado superar, en condiciones semejantes a las que ahora tenemos en Perú.

Debe reconocerse que en los primeros meses del cambio de gobierno de Sagasti a Castillo se mantuvieron las medidas que parecieron más convenientes para contener los contagios y evitar las muertes, aun así más de 200 mil peruanos han fallecido. Ahora tenemos que lamentar que diariamente mueran peruanos que descuidaron sus vacunas o que no hicieron caso a las recomendaciones tan simples como lavarse las manos y usar mascarillas para protegerse.

En todo caso, hemos demostrado todos, que unidos seguimos siendo invencibles frente a enemigos mortales. Lo que falta por hacer, es lograr que lo necesario se mantenga y lo que este demás se deje de lado para permitir la recuperación económica, el empleo deseado y el soporte indispensable para recobrar el desarrollo perdido.