Las elecciones anticipadas
Por: Carlos Meneses
“El cambio tiene que ser lo menos traumático posible y contar con la participación de todos para poder alcanzar la meta deseada de volver a ser una Nación ordenada y deseosa de superar sus males”.
Es un pedido unánime de la ciudadanía peruana y también clamor percibido en su último viaje por el ministro Alex Contreras Miranda, que la única manera de calmar la intranquilidad política existente es adelantar las elecciones y reducir la permanencia en el poder de la presidenta, Dina Boluarte, y del parlamento actual.
Por eso contraría esta voluntad mayoritaria que logra la condena común de los peruanos a la administración de los poderes Ejecutivo y Legislativo que se propone no permitir una renovación, que podrá ser imperfecta por una decisión propia de quienes no han querido incluir reformas políticas indispensables para una nueva gestión gubernamental, provocando con tal actitud que la inquietud colectiva persista sin advertirse al final del túnel oscuro la luz salvadora.
Tenemos que ir casi indiscutiblemente al cambio de las personas y organizaciones políticas que no han sabido manejar la crisis social confrontada que permitieron que el país esté paralizado y desabastecido de los elementos necesarios para mantener vigente las libertades públicas, la alimentación colectiva y la tranquilidad general.
Por eso lo que mejor conviene al país es fijar fechas y comenzar a preparar el cambio de poderes. A la vez convencer a todos los habitantes que este es el único camino para devolvernos a un clima de normalidad y no permitir que se aproveche la coyuntura con propósitos indebidos, como son las exigencias para cambiar la Constitución de la República.