Hay que pacificar el país
Por: Carlos Meneses
“No dejemos que el huaico de los males nos arrastre y condene”.
Es necesaria la pacificación nacional y ello es una exigencia para permitir superar la dificultad que se confronta, para devolver la mínima normalidad que hará posible salir de la crisis económica y social que vivimos.
La responsabilidad de semejante tarea no es de otros sino del gobierno que, además, atraviesa por problemas internacionales que lesionan el prestigio del país. Ante los cuales hay un afán evidente de diálogo con quienes nos acusan, injustamente, de malograr relaciones que han sido buenas con nuestros vecinos de años.
Todos debemos colaborar en este empeño y todo aquel que sepa que no está contribuyendo a ese objetivo debiera dar un paso al costado, para confiar a otros connacionales la tarea de pacificar no solo evitando muertos y heridos sino devolviendo tranquilidad a espíritus y cuerpos que no tienen porqué seguir dañando el prestigio que tenemos de ser una nación fraterna como americanos y gente de buena voluntad.
Con la misma firmeza con que hemos condenado la violencia, declaramos fe en que llegue la calma y en el entendimiento.
La voluntad general es la de trabajar unidos y alejar toda posibilidad que signifique empeorar las cosas y por el contrario devolver tranquilidad a los que la requerimos para progresar, volver al desarrollo y al empleo.
Nuestra invocación especial está referida sobre todo a los políticos para que cesen de enfrentarse, reconociendo la obligación de honrar los deseos de nuestros antecesores que hicieron grande nuestro pasado y venturoso el ideal de sus hijos.