Desadaptados actúan contra los más  indefensos
Por: Roxana Ortiz A.

Destruyeron un albergue de ayuda a animales abandonados, pero antes robaron comedores populares.

La maldad de las personas no tiene límites y muchas veces actúan irracionalmente contra los más indefensos. La semana pasada ingresaron a robar alimentos y algunos enseres a dos comedores populares y en la madrugada del sábado, destruyeron todo lo que había en un refugio para animales abandonados.

Durante la pandemia del coronavirus, muchas personas quedaron sin sus puestos de trabajo obligados a buscar ayuda en alimentos para su familia en los comedores populares que se han creado en los diversos distritos. Gran cantidad de esos comensales son huérfanos de padres que fallecieron como consecuencia de los contagios de la enfermedad mortal.

Se unieron varios vecinos afectados y primero comenzaron con hacer una olla común, llevando los alimentos que podían conseguir como donaciones en los mercados o ferias, para preparar los alimentos. Luego se fueron organizando ante la gran cantidad de personas con necesidades, y crearon los comedores populares.

De esta manera es que las autoridades se involucraron y destinaron un presupuesto para dotarlos de algunos alimentos no perecibles, en algunos casos de enseres como ollas, balones de gas, entre otros.

Pero durante la pandemia, los seres humanos no solo fueron los únicos afectados, sino también los animales que quedaron en peores condiciones, puesto que con el confinamiento de la población, les era muy difícil conseguir los alimentos.

Varios jóvenes viendo este panorama decidieron reunirse y apoyar a las mascotas que por diversos motivos fueron abandonados en las calles. Es el caso del refugio “Entre patas”, ubicado en el distrito de Cerro Colorado”, que surgió primero con el fin de otorgar algo de alimentos a los perros que se encontraban deambulando por las calles y ante la necesidad, tuvieron que proporcionarles albergue para evitar el maltrato.

Hace algunos días por ejemplo, una mascotita que fue encontrada con síntomas de haber sido envenenada, fue rescatada y llevada a tiempo a una veterinaria, logrando salvarle la vida. Entre sus casos se encuentran también, varios animales rescatados y que sufrían actos de crueldad, maltrato, falta de alimentos, entre otros. Todos son puestos en adopción buscando familias responsables que quieran hacerse cargo de ellos, algunos lo logran, pero muchos otros no.

Los voluntarios se encargan de conseguir fondos para poder costear los servicios del albergue, como electricidad, agua y otros; para comprar los alimentos y algunos recorren restaurantes, mercados buscando también la donación que les pueda servir para alimentarlos.

DESADAPTADOS EN ATAQUE

Lamentablemente en esta sociedad y a pesar de haber pasado duros momentos con la pandemia de la COVID 19, o probablemente sea a causa de esta, es que algunas personas se han trastornado mentalmente y ya no pueden distinguir entre el bien o el mal.

Todos los esfuerzos hechos por estas personas para ayudar a sus vecinos o las mascotas abandonadas, quedan destruidas en minutos. En el caso de los comedores populares, inescrupulosos ingresaron a robar lo poco de valor que había. Se llevaron alimentos, algunos utensilios, los balones de gas y todo lo que pudieron.

Así ocurrió por ejemplo, con el comedor popular “Santa Rosa de Lima”, ubicado en el sector VI de la asociación de vivienda José Luis Bustamante y Rivero, en el distrito de Cerro Colorado, de donde los delincuentes llevaron los víveres y hasta los implementos de bioseguridad de las madres de familia, según lo denunció Presentación Mamani, representante del comedor.

Contó que se llevaron cinco sacos de arroz, cajas de aceite, un balón de gas, los tenedores, utensilios de cocina y hasta las mascarillas que las madres tenían guardadas en su almacén. Para ello rompieron los candados y las puertas, aprovechando la ausencia de los vecinos.

Este comedor funciona desde hace más de 30 años y ofrecen platos de comida desde los 3 soles a más de 50 familias. Durante el primer año de la pandemia por la COVID-19 fue la única fuente de alimentación de varias familias. Además es la tercera vez que les roban.

Un hecho similar ocurrió en el comedor popular «Señor de los Milagros Ciudad Municipal», ubicado en el sector 9 de Apipa en el distrito de Cerro Colorado, el sábado 5 de marzo, cuando descubrieron que las puertas de la cocina y almacén de alimentos fue manipulada por los delincuentes. Los vecinos pusieron la denuncia en la comisaría de Ciudad Municipal.

De allí se llevaron 38 unidades de aceite, 20 kilos de frejol, 80 kilos de fideo, 4 sacos de arroz de 50 kilos cada uno, 15 kilos de azúcar, lava vajillas, 1 balón de gas, y kits de limpieza. Las pérdidas están valorizadas en más de 3 mil soles.

En este comedor se alimentaban 50 familias desde hace 7 años, los que son de extrema pobreza.

LOS QUE NO TIENEN VOZ

Para las personas de alguna manera es más fácil dar a conocer sus necesidades, de hambre, de frío, de sed; hecho que con los animales no ocurre lo mismo y felizmente encuentran en jóvenes de buen corazón quienes hablan por ellos.

Daniela Velarde es una de las voluntarias de Entre Patas y el sábado, además de limpiar y tratar de rescatar lo poco que había quedado de la destrucción que dejaron inescrupulosos, tuvieron que salir a buscar ayuda para seguir alimentando a los caso 60 perros que tienen.

“La señora llegó muy temprano al refugio y se encontró con todo destrozado. El alimento estaba tirado por todos lados, habían roto las tuberías del agua, lo mismo que de la electricidad, el refrigerador donde se guarda la comida perecible también lo rompieron. Todo está destrozado”, señaló.

Los delincuentes, no se sabe con qué propósito, habían ingresado a la media noche al refugio y comenzaron a destruir todo. Sandra Garcés, representante del refugio, cree que como están acostumbrados los perros a recibir a extraños para la ayuda o la adopción, no habrían reaccionado atacando a los malhechores. Los de la posta, que está a un costado solo sintieron que ladraban, lo que no es usual por la noche.

“No tenemos problemas con nadie. Precisamente para evitar eso, buscamos un lugar alejado de las casas. Colindamos con la posta de salud y las chacras; pero hay gente desalmada que solo busca hacer daño”, lamentó Sandra.

Tuvieron que recoger el alimento que había sido regado en el suelo, escogiéndolo bien, puesto que habían tirado vidrios rotos encima. Algunas bolsas fueron dejadas en la puerta, por donde además salieron algunos perros, que luego de una intensa búsqueda por los alrededores pudieron encontrarlos.

DATO

Con este daño ocasionado, las necesidades aumentan en el refugio, puesto que hay que comenzar a reparar todo y comprar enseres para reemplazar todo lo destruido. Es por ello que las voluntarias hacen un llamado a las personas que las puedan apoyar con lo que puedan, y pueden comunicarse con Sandra Garcés al teléfono 955 223 911 o yapear cualquier ayuda a ese número.

Dejanos un comentario

Your email address will not be published. Required fields are marked with *.