Por: Carlos Meneses

Es necesario decidir y dar un lugar de privilegio a la educación en sus políticas internas y prioridad dentro de sus inversiones.

Todos sabemos que la educación cumple un rol fundamental para el desarrollo de las sociedades, de ella depende el avance social, cultural y económico de nuestro país.

Cuando nos referimos a este tema, recordemos que la calidad educativa es un proceso que comprende un conjunto de acciones que deben contar con el compromiso multisectorial para lograr mejoras rápidas y concretas en el sistema educativo peruano.

Para ello se debe tener en cuenta la reducción de analfabetismo, según cifras del Minedu son casi un millón de peruanos no saben leer ni escribir; mejorar niveles de exigencia en las principales materias y también; incrementar la inversión en educación, la cual es menos del 5% del PBI.

El gasto público en educación se incrementó año a año, pero no es suficiente. En el 2020 alcanzó el 4,25% del PBI, subió 0,43 puntos respecto a 2019, en el que fue el 3,82% del PBI.

Sin embargo, en un reciente estudio desde el 2017 hasta la fecha, reporta cifras de inversión educativa de 5 países latinoamericanos, poniendo a Costa Rica en primer lugar con 7,4 por ciento de PBI, Brasil 6,2%, Argentina con 5,9%, México con 4,9% y Colombia 4,5%.

Recientemente en un estudio difundido por El Pueblo se consideran cifras que preocupan, Arequipa ha descendido al puesto 7 en calidad, es superada por Lima Metropolitana, Ica, Callao, Lima provincias, Lambayeque y Moquegua, según investigación de Centrum PUCP. Es razón suficiente para que los sectores que están comprometidos con la mejora de la calidad educativa pongan las “barbas en remojo” y redireccionen el trabajo que hasta ahora vienen haciendo.

La pandemia de la COVID-19 provocó una preocupante crisis al sistema educativo, afectando el aprendizaje y desarrollo integral de millones de estudiantes.

Por ello, es esencial, reiteramos que actores públicos y privados, en su conjunto emprendan y potencien de forma decidida acciones que permitan cerrar estas brechas y asegurar que todos los menores tengan acceso a una educación temprana de calidad.