Miles de personas participaron del Corso por la Vida y la Familia
— Redacción Diario El Pueblo —
Con alegría y desbordando entusiasmo, miles de personas participaron ayer del Corso por la Vida y la Familia, convocado por la Coordinadora Regional por la Vida (CORVIDA) desde las 15:30 horas y la concentración inicial fue en la Plaza Mayta Cápac – Miraflores, donde se dio el discurso inicial animando a los miles que recorrieron las principales calles de nuestro centro histórico culminando con un festivo pasacalle en la Plaza de Armas.
Guadalupe Valdez, presidenta de la CORVIDA, resaltó que el evento es “una celebración que busca afirmar, promover y proteger el valor de toda persona y de cada vida humana. Las crisis por las que hemos atravesado en los últimos años nos han demostrado que la institución en la que encontramos mayor apoyo en momentos de dificultad es la familia”, manifestó. Esta afirmación la encuentra refrendada en la Encuesta nacional sobre familia ENF 2022, en la que más del 64% de peruanos, afirma que se sostienen en el círculo familiar para salir adelante y valora a sus integrantes.
“Por lo más valioso que tenemos: la vida y la familia, ¡lo damos todo!”, es el lema de la presente edición del Corso que, desde el año 2006, se realiza en el marco del Día del Niño por Nacer, 25 de marzo. ”Esta marcha no está en contra de nadie, es una celebración que por el contrario busca afirmar, promover y proteger el valor de toda persona y de cada vida humana”, afirmó la vocera.
Por su parte, monseñor Javier Del Río Alba, arzobispo de Arequipa, fue invitado por los organizadores a dar unas palabras sobre esta celebración en el estrado que se colocó en el Portal de San Agustín y pidió: “proteger la vida la familia”.
En la realización de esta manifestación que duró más allá de las 7 de la noche de tomaron medidas de seguridad para las familias, niños, adolescentes y adultos que participaron. Entre las instituciones que integraron las agrupaciones se encontraron asociaciones civiles, culturales y artísticas; municipalidades; instituciones educativas y talleres; clínicas de salud, gremios de artesanos, empresas privadas e instituciones que trabajan por la niñez, la mujer y la familia. Al finalizar los destacamentos habían cuadrillas de personas que colaboraron con el recojo de desperdicios.