NUESTRA REALIDAD 2026. La política y la economía
Por: Pedro Rodríguez Chirinos – Asociación Rerum novarum.
Desde hace unos meses se dejó de escuchar el adelanto de las elecciones. Las voces se acallaron con violaciones de derechos humanos que a la larga pasarán factura aquellos que se saltaron con sus facultades y funciones, pensando que la vida humana es sacrificable y que no pasa factura. Casi siempre las soluciones que resuelven rápidamente no son las mejores, pensar rápido no es necesariamente “pensar bien” y menos actuar precipitadamente es la “mejor solución”.
Pararon las protestas, pero hoy genera un caldo de cultivo que va a ser difícil de quitar, la injusticia no genera paz, solo la justicia trae la paz. La paz social tan querida.
Hoy tenemos dos grandes problemas, desde el exterior son las políticas antiinflacionarias de grandes economías, que nos afectan directamente puesto que dos de ellas son nuestros principales socios económicos. Uno de ellos es China y el otro es Estados Unidos de Norteamérica. Ya lo dice un viejo refrán africano: ¡Cuando pelean los elefantes mueren las hormigas!
Nuestra realidad tiene dos anclas en la economía. Una de ellas es el Banco Central de Reserva del Perú (BCRP), esa solidez, de una buena parte que tiene; se debe a la Constitución del 93 que le da esa característica de ser autónoma a los encantos y disposiciones de la política de turno. Y la otra es, el profesionalismo que tienen sus miembros, aunque en un pasado reciente entraron dos sujetos controversiales que provenían de ese eterno mar de la política, que casi siempre huele. Tal como entraron – con mucho bombo – salieron – en silencio – por el bien del país.
En resumen, el BCRP es una de las instituciones con mayor potencia de la economía del país, y no pocas veces considerada una de las mejores de América del Sur. Mientras, que la otra ancla es el Ministerio de Economía y finanzas (MEF), el cual cumple su papel de dar seguridad jurídica y estabilidad tributaria a las inversiones en el país. Pero nos dejan siempre las pasadas y actuales gestiones que el costo social es manejable en vista del modelo económico. Ese famoso costo social – que encubre -, la realidad. Es en la realidad el número de fallecidos de COVID o del actual dengue, de desnutridos, con tuberculosis, con anemia, etc., que en ello se va la vida de muchos y muchos peruanos. Olvidamos de dar una mejor educación, salud y justicia, eso sí traería paz al país.
Mientras que la política, estamos a en una verdadera espera que alguien se coloque ese traje, que por lo visto no le queda a nadie en la actualidad ni el color ni la talla. Como se extraña a los forjaron surcos en la política de este país, como Víctor Andrés Belaunde o Víctor Raúl Haya de la Torre. Algunos de tantos de ellos estarán en el cielo, el purgatorio o en otro sitio que en vida escogieron. Quienes somos para juzgar, pero ese es otro tema.
Se buscan políticos que sirvan a la comunidad, no importa su estirpe o pelaje, pero que hagan a los partidos justos, solidarios, fraternos y verdaderos. Se necesitan jóvenes que tengan el valor y el sacrificio para ello.
Se dijo que se adelantaban las elecciones, se engañó a muchos con ello. Estos pocos no hacen nada bueno por los que son muchos. Pero estos muchos no harán nada por unos pocos.
La mentira puede correr un año, pero la verdad la alcanza en un día.