Ensayo: De deshechos y otros males
Por Luz María Cornejo
Caminando a las seis de la mañana por el parque observé los basureros repletos de deshechos. Parte de la basura estaba regada por la vereda. Unos recicladores escarbaron entre la basura para recoger envases de plástico, botellas de vidrio o latas de bebidas y venderlas.
De pronto escuché el ruido de un viejo motor, era el carro recolector de basura. Se detuvo y bajaron de la parte de atrás dos hombres vestidos con mamelucos de color naranja fosforescente, la cara cubierta con una franela a manera de mascarilla. Observé que recogían estos residuos con las manos; uno de ellos no tenía guantes.
Un oficio que no requiere de mayor especialización es el recojo de basura; no es valorado, a pesar de ser uno de los más sacrificados y extenuantes. Aquellos que laboran en este rubro son siempre invisibilizados. Viajan durante muchas horas en el camión recolector respirando los olores de la basura descompuesta. Si tienen sed toman agua sin lavarse las manos porque no tienen un baño cerca. Deberían usar guantes especiales, una mascarilla, elementos imprescindibles para evitar alguna enfermedad.
Por otro lado, los ciudadanos no somos cuidadosos al momento de botar la basura. Debería partir de nosotros el reciclarla, es decir, colocar los residuos orgánicos en un recipiente; los plásticos, en otro; envases metálicos, aparte. En otros países esto se lleva a cabo de manera aun más eficiente; por ejemplo, los vidrios rotos se envuelven en papel, las baterías o pilas usadas se desechan de manera diferente. Aquí, todo lo arrojamos a un solo tacho. Muy mal, pésimo. Las municipalidades deberían realizar campañas para enseñar a los ciudadanos cómo desechar la basura adecuadamente.
Se podría pensar que no hay normas que regulen la seguridad de los recolectores de basura, pero sí existen: el Reglamento de seguridad y salud en el trabajo de los obreros municipales en el Perú. D.S. N° 017-2017-TR. En este reglamento están bien estipulados los derechos de dichos trabajadores, el número de horas permitidas para conducir las unidades de transporte, y los implementos adecuados para realizar su labor. El artículo 25 del reglamento señala que los acopiadores no deben viajar en la parte posterior del vehículo junto con las herramientas de trabajo; sin embargo, ¿cuántas veces hemos visto que los servidores de limpieza viajan colgados de la parte posterior junto a los cilindros de basura y las escobas?
Está claro que muchas de las indicaciones del decreto jamás se cumplen. Es probable que los trabajadores ni siquiera estén informados de sus derechos ni conozcan las leyes que los amparan. Me pregunto: ¿hay alguien que se encargue de supervisar si las municipalidades cumplen con la seguridad sanitaria de sus obreros?
Estos obreros de la limpieza llevan a cabo una labor muy dura, expuestos a una serie de peligros y enfermedades. Las municipalidades deberían realizar a los trabajadores un control médico preventivo por lo menos cada seis meses o una vez al año, dada la naturaleza del trabajo.