No todas fueron buenas noticias
Por: Carlos Meneses
La necesidad de cambios en el quehacer gubernamental y una manera distinta de completar una política acertada para los inversionistas está a la vista y fue visible en la Convención Minera que acaba de terminar.
De lo realizado en la Convención Minera se puede deducir que mientras esté vigente el gobierno de Dina Boluarte, y eso es decir hasta el 2026, pocas son las posibilidades de que el país tenga éxito en los afanes de ser admitido en la Organización para la Cooperación del Desarrollo Económico (OCDE), esto a propósito de la advertencia que un estudio realizado por sus expertos en el que indica que la corrupción y la democracia débil en el Perú dificultará condiciones exigidas para la incorporación de nuestra Nación en dicho organismo.
Fundamentalmente se sustenta la apreciación en los fenómenos que se advierten en el quehacer gubernamental y en el poco o ningún interés que evidencia el gobierno de Boluarte en cambiar una situación que es exigida por el organismo internacional.
Mientras más de lo mismo practique el actual gobierno, no permite suponer que habrá un cambio indispensable en el corto tiempo que se requiere para renovar el régimen y peor aún que las características del nuevo gobierno puedan ser parecidas al que tenemos actualmente.
Igual resulta de los anticipos que sobre el futuro y en PERUMIN 36 ha hecho el presidente del Banco Central de Reserva del Perú (BCR), Julio Velarde, quien a pesar de la cautela de su decir no pudo ocultar el hecho de que los problemas que arrastramos puedan llegar hasta el fin del gobierno actual y probablemente perjudiquen el inicio del nuevo régimen.
El Perú debe cambiar y para eso todo depende de las personas que manejan no sólo el Ejecutivo, sino también el Congreso de la República que deberá adecuarse a exigencias que están anunciadas y que son reclamadas.
En todo caso, es importante que certámenes como el recién realizado y finalizado en Arequipa motiven o incentiven un cambio que el país necesita para devolverlo a crecimiento de otros tiempos y a inversiones que son indispensables para superar también la contingencia de fenómenos naturales que nos son adversos.