Por: Carlos Meneses

Un cambio de políticas sobre todo en lo económico es absolutamente necesario en el país y para ello hay que restructurar el gabinete, cambiar al ministro de Economía y devolver confianza a inversionistas extranjeros y nacionales.

Pretender superar la crisis económica propia de la recesión peruana con subsidios es semejante o parecido a querer curar una pulmonía con paracetamoles. Lo que se requiere es una modificación del gabinete y de las políticas de gobierno que incluyan invitar a gente capacitada para el enfrentamiento de la problemática.

Pero al parecer eso es mucho pedir a un Congreso y a un Ejecutivo que quieren durar hasta el 2026 sin modificar el mal papel que están cumpliendo. Es necesario y prudente, como lo entienden todos los economistas, que se haga un esfuerzo nacional y fuera del país para que el sector privado renueve su confianza en el futuro del Perú y lograr con ello disminuir la informalidad, procurando empleos y apelando a formas de gobierno que respondan a la realidad vigente.

Hay que terminar con una forma de hacer política que afecte la descentralización y reunir el apoyo al desarrollo de regiones, como el sur donde se hace poco o nada para mejorar la gestión de gobierno y evidenciar que se está buscando y colocando a los mejores para cambiar el estado de cosas.

El cambio debe provenir de criterio distinto del actual y si la opinión publica señala como responsables de esta crisis a la presidenta Boluarte y al jefe del gabinete Alberto Otárola, así como al ministro Alex Contreras hay que pensar en su inmediato cambio y, de ser posible, en un adelanto de elecciones antes de llegar a un 2026 en que estaremos peor que ahora.

Hagámoslo por el bien de la República y sobre todo pensando en los más vulnerables, aquellos que están amenazados por la crisis internacional de ver empeorada su situación actual, pues no podrían soportar.