A inicios del 2023, un deslizamiento de tierra y agua arrasó cerca de 200 viviendas en Secocha y causó la muerte de al menos 18 de sus pobladores. A poco de iniciar la temporada de lluvias del 2024, existen residentes que se rehúsaron a ser reubicados y permanecen viviendo cerca a las zonas donde anteriormente ocurrieron los huaicos. De modo que su vida está en alto riesgo ante posibles deslizamientos de flujos de barro y agua de lluvia potenciado por el Fenómeno de El Niño. 

La tragedia ocurrida en el distrito Mariano Nicolás Valcárcel –provincia de Camaná– podría volver a repetirse en el próximo periodo de lluvias, pues al menos 30 de los residentes de Secocha se resisten a moverse de sus terrenos y acceder a los lotes de Baja Secocha. Estos pobladores –principalmente mineros informales– ya recibieron un espacio para residir; no obstante, se rehusan a moverse, pues sacan provecho de ambas viviendas. 

«Hay residentes de Secocha que cuando el huaico bajó, se volvieron a posicionar en el mismo sitio. A pesar de que se les reubicó en la parte alta, los señores son tercos y siguen ahí. Esto va a ocasionar, de nuevo, desastres y damnificados. (…) Estos 30 a 35 mineros deben ser dueños de labores y tener quimbaletes o molinos, pero por su terquedad o ambición se volvieron a meter», sostuvo el presidente de la Asppmacsu, Mario Zárate Torres.

Según detalló el titular de la Asociación de Pequeños Productores Mineros Artesanales y Contratistas Secocha-Urasqui (Asppmacsu), tras la anterior tragedia el Gobierno Regional de Arequipa ayudó con carpas y equipos de emergencia, pero esta medida fue solo temporal y actualmente no hay intervención.

Zárate Torres dijo que durante los dos últimos meses el titular de la Gerencia Regional de Energía y Minas (GREM), Iván Prado Barreto, no se ha apersonado a verificar las condiciones en las que subsisten las labores mineras.