Con desbordante alegría y fervor celebró Jueves de Comadres
ICA
Miles de devotos se congregaron ayer en el Santuario de Nuestra Señora del Rosario de Yauca para celebrar el tradicional Jueves de Comadres, una festividad llena de alegría, color y fervor religioso, en el distrito de Yauca del Rosario, en la provincia y región Ica.
La actividad central del día fue la procesión de la «Peoncita», una réplica de la Virgen de Yauca, por el perímetro del santuario, que duró 90 minutos aproximadamente.
Previo a la misa, llegaron al templo de la Virgen del Rosario de Yauca las cuatro vírgenes altareras, luego de recorrer el desierto iqueño cargadas en hombros por sus devotos.
“Hace más de 320 años, Yauca se convierte también en un lugar mariano para dar culto y veneración a la madre de Dios. Y cuántas gracias, milagros y favores han salido de aquí, de este santuario, por la intercesión de la Virgen del Rosario de Yauca”, dijo en su homilía José Ademir Carpio Urquizo, rector del santuario de Nuestra Señora del Rosario de Yauca.
Uno de los momentos más emotivo del Jueves de Comadres es el juego de carnaval con la Virgen. Las comadres, con gran entusiasmo y devoción arrojan agua perfumada y perfumes, así como también talco, a la efigie de la «Peoncita» que, adornada con flores y cargada en hombros de las comadres, bendice a sus fieles.
El Jueves de Comadres es una festividad que se celebra en Yauca desde hace 22 años. Según el relato de los feligreses, la devota Roxana Luján Calderón al estar enferma le pidió a la Virgen de Yauca que la sane y prometió que todos los años le haría su fiesta en su honor.
En así que el año siguiente le realiza la fiesta a la sagrada virgen con 15 personas y luego se vuelve tradición la festividad del Jueves de Comadres.
Durante la procesión, la «Peoncita» recibe el homenaje de las cuatro vírgenes altareras; durante un breve reposo, algunas instituciones le rinden homenaje con plegarias y arreglos florales.
Igualmente, los feligreses y devotos pugnan para que la prenda de un familiar sea bendecida.
Al culminar la procesión, varios camiones cisterna bañaron a todos los asistentes que abarrotaron la plazuela y armaron la fiesta con cánticos y bailes, al son de dos bandas de música.
De igual manera, los devotos de las vírgenes altareras juegan carnavales bailando y las mujeres castigan a los hombres a correazos.