Tras el telón de “Mientras Elena en su lecho”
Por Gabriela Caballero Delgado
A finales de los años ochenta, en medio de un contexto sociopolítico convulsionado por la crisis económica y la amenaza del terrorismo, Charly, protagonista de la novela Mientras Elena en su lecho, pasa otra temporada en Tacna al lado de su familia, antes de retornar nuevamente al extranjero. Una suerte de entretiempo aletargado en la vida del hombre que es quebrado por la presencia de Elena, cuya naturaleza femenina se adentra en la habitación de Charly, arrebatándolo de sus continuas siestas vespertinas y de la modorra del verano para incitarlo a actuar.
Esta es la novela con la cual Willy Lizárraga gana el Premio Letras de Oro 1994-1995, organizado por la Universidad de Miami y que la editorial Cuadernos del Sur acaba de publicar a inicios del presente año, incorporando a este escritor tacneño, que actualmente radica en California, a su creciente staff de autores.
Aun cuando el eje temático de la narración gire en torno a una historia de amor clandestino en su tramo final, condenado a extinguirse desde el mismo título, se trata también de un retrato de familia que da cuenta de la búsqueda de una nueva funcionalidad que mantenga a flote la casa y recomponga el hogar tras la muerte de la madre, cuya figura altamente erotizada perturba los sueños del protagonista. En ese espacio será Mariana, hermana de Charly, quien asuma protagonismo al ejercer un poderoso liderazgo que redistribuye los roles en la familia, asumiendo el control de la casa y del negocio frente al envejecimiento del padre, el deterioro moral de uno de sus hermanos y la apatía del otro.
La lectura puede conducirnos, asimismo, hacia una reflexión sobre lo que significa sentirse extranjero en el seno del hogar, donde volver a casa y encontrar el amor es también una sensación de pérdida de libertad, una forma de esclavitud que condena al hombre al letargo y a la disminución progresiva de su ser.
No obstante, el libro se encuentra lejos de tener un tono dramático. Las reuniones de tres íntimos amigos de infancia: Max, Kirós y Charly, y su proyecto de representar una obra de teatro basada en el amor furtivo de los protagonistas distiende la tensión de los amantes y la del mismo relato, a través de la inserción del humor y de la farsa. En medio de situaciones jocosas, los tres amigos irán alternándose en la interpretación de distintos roles masculinos y femeninos mientras un coro de burlas sobre su sexualidad recorre las calles de Tacna.
Este recurso narrativo convierte a la novela en una metaficción estructurada en 10 capítulos, actos o episodios que dejan en evidencia una organización de relaciones humanas donde los personajes se buscan, encuentran o desencuentran en tanto se construyen un refugio para afrontar su propia cotidianidad, mientras la vida sigue fluyendo y Elena aún permanezca en el lecho de Charly.
Excelente análisis de la novela, como nos tiene acostumbrados Gaby Caballero Delgado. Felicitaciones por la nueva edición!!!