Por: Mariana Escobar – Representante de la FAO en el Perú

Las mujeres constituyen la mayoría de la población pobre del Perú, afrontando mayores tasas de anemia y desnutrición. Tienen pocas oportunidades para participar en espacios de toma de decisión y registran mayores tasas de analfabetismo, así como de violencia de género. A esto se suma que, en comparación con los hombres, las mujeres registran un menor acceso a tierras, agua segura, capacitaciones agrícolas, ingresos propios y conectividad.

Estas desigualdades afectan de manera más profunda a las mujeres indígenas, rurales, afrodescendientes, jóvenes, discapacitadas, que viven en situación de pobreza.

Las brechas de género se han agudizado durante la pandemia, puesto que las oportunidades económicas de las mujeres se redujeron, asumieron mayor responsabilidad en las labores de cuidado y se incrementó la posibilidad de ser víctimas de diversas formas de violencia. Asimismo, la pandemia demostró la gran brecha de digitalización que existe entre el mundo urbano y el rural y que afecta más a las mujeres. Solo el 44% de las mujeres tienen acceso a internet y lo utilizan principalmente como medio de comunicación. Esto impactó en el acceso de las niñas, adolescentes y jóvenes a la educación básica, servicios y oportunidades.

En este contexto, el Día Internacional de la Mujer es una fecha para reflexionar sobre las desigualdades que afrontan las mujeres y su constante lucha para el reconocimiento y el ejercicio de sus derechos; así como para visibilizar su importante papel en la lucha contra el hambre y la malnutrición, garantizar la seguridad alimentaria e impulsar la agricultura sostenible, y reconocer y valorar sus conocimientos tradicionales para el desarrollo de sus comunidades y pueblos indígenas y la sociedad peruana.

En el 2022, desde la ONU promovemos el lema “Igualdad de género hoy para un mañana sostenible”. Este lema plantea que, para la construcción de un futuro más sostenible e igualitario para todas las personas, en el marco del cambio climático, es necesario reducir las desigualdades que afrontan las mujeres. Las mujeres son agentes clave en la mitigación y adaptación al cambio climático, así como para el desarrollo social, económico y medioambiental.

Desde la oficina de la FAO en Perú promovemos el desarrollo de intervenciones que visibilizan y fortalecen el papel trascendental que las mujeres desempeñan en la lucha contra el hambre y la malnutrición, que se ha evidenciado aún más desde la aparición del covid-19. Una experiencia resaltante en el ámbito urbano son las ollas comunes porque demuestran el liderazgo, resiliencia, organización y capacidad de respuesta que tienen las mujeres frente a situaciones complejas. La FAO también desarrolla intervenciones orientadas a contribuir a la igualdad de género, el empoderamiento de las mujeres indígenas y la promoción del ejercicio de sus derechos desde un abordaje del enfoque de género, intercultural y generacional, para reducir los efectos socioeconómicos de la pandemia.