La confianza ciudadana
Por: Carlos Meneses
“Es un éxito de políticos, pero no, necesariamente, de ciudadanía lo ocurrido con el gabinete”.
Manipulaciones de los políticos consiguieron el ansiado voto de confianza que el presidente del Consejo de Ministros, Aníbal Torres, procuró para salvar de paso la posibilidad de declarar vacante al presidente Pedro Castillo, pero el voto de confianza alcanzado no era comparable con el que necesitaba realmente el gobierno castillista.
Pueden haber obtenido relativa mayoría contra quienes se oponían a lo pedido, que no representa la opinión de mayorías ciudadanas que están descontentas con un gobierno que se proclama del pueblo y hasta ahora no ve realizadas sus mejores aspiraciones.
Es una victoria política pero pírrica, un acierto del manejo de manipuladores que se encargaron de conseguir los votos que al convertirse en mayoría consagraron al gabinete Torres.
Hay todavía una confianza por ganar, la real y verdadera que conceden mayorías ciudadanas. Para eso es ideal retirar a los indeseables encaramados en un régimen nacido en Chota y que no puede ser considerado ejemplo de una manera distinta de manejar una nación que precisa del trabajo de todos sus hijos para superar crisis epidémica, así como la económica.
El camino de las rectificaciones indispensables será mucho más difícil que el encontrado como fórmula salvadora. Lo único que aliviará la situación dejada será un trabajo honesto, una entrega real a favor de los más necesitados y también más abandonados.
Será necesario a partir de ahora un juego sobre la mesa. Un afán de acercarse unos a otros, de complementarse en la tarea de hacer grande a la República también será la hora de actuar distinto, de procurar que los mejores participen dando aporte de honestidad y entrega para aliviar al semejante en apuros.