Entrevista a Jorge A. Flores Najar
Por: María del Carmen Mendivil – (Maestría de Artes, UNSA)
Jorge Flores estudio diseño en el Instituto de Diseño Thomas Jefferson, Arequipa, y artes con especialización en Escultura en la Escuela de Bellas Artes Diego Quispe Tito de Cusco. Se desenvuelve dentro de la pintura, dibujo, grabado, video, instalación, curaduría y recientemente en el cine de ficción. Es considerado uno de los importantes artistas jóvenes surperuanos.
P. Estudiaste diseño gráfico y luego artes visuales, ¿Cómo te decidiste a estudiar arte?
R. El arte como tal siempre fue una pulsión para mí, una necesidad, una urgencia, siempre fue mi primera opción. El diseño es algo que vino por añadidura. Ingresé primero a Bellas Artes, pero estuve solo un semestre, la mía era una escuela de formación clásica, provinciana, nuestra visión estaba muy rezagada. Por eso es que me decidí por el diseño, que en ese momento es lo que estaba en las antípodas, la mirada a lo global, lo contemporáneo, todo aquello terminó por convencerme.
Sin embargo, ya en el proceso de ser diseñador llegó la decepción, pues siempre había que cumplir con las necesidades de un tercero, el cliente. Además, en aquel tiempo había muy pocos encargos interesantes para el diseño, así que poco a poco volvió la urgencia y por ello volví a la escuela, esta vez con la convicción de tomar todo aquello que me sirviese. Aunque es importante subrayar que esto no ocurrió de inmediato, hay varios años de por medio.
Tuve muy buenos profesores de uno y otro campo lo que me permitió desarrollarme en ambos espacios, que no era nada habitual por ese entonces. Esta oportunidad me permitió valorar lo que me brindaba cada técnica, y sin buscarlo, como hallazgo quizás, surgió esta necesidad de explorar en distintas especialidades.
Quizás por ello, cuando retomé la formación en artes decidí por escultura, que era una especialidad en la cual no había reparado anteriormente, e imagino que esto de forma paulatina me llamó a indagar en todas las demás especialidades que había en la escuela como el grabado o la cerámica, y posteriormente, fuera de la escuela, la instalación y el video, o como ahora que continúo aprendiendo, involucrándome en el cine.
P. Eres un artista multidisciplinar, ¿consideras que tus obras pertenecen al estilo del arte contemporáneo?
R. Bueno creo que mi obra es una creación contemporánea, que mi obra se nutre de su tiempo, que es mi tiempo. Se nutre de la posmodernidad, o lo que fue la posmodernidad y, por tanto, sí, académicamente podría considerarse arte contemporáneo.
Si hablas de Gabriel Orozco, Cindy Sherman, Damián Hirts o Ai Weiwei, no te detienes a pensar si son escultores, pintores o digitales, o si son figurativos, abstractos o conceptuales. Simplemente asumes que son artistas y ya, los análisis abandonan esa intención y por el contrario la lectura se enfoca en lo que subyace a nivel discursivo, cuál es su búsqueda, de qué va su obra, qué es lo que nos intenta decir.
En ese sentido, hace tiempo dejé de pensar en cuál es mi estilo, o si soy un escultor, por haberme formado como tal, o si soy pintor, por haber sido esa mi urgencia primigenia. Simplemente me abandono a las necesidades que afloran y dejo que cada obra encuentre su lenguaje. Por ejemplo, en este momento estoy probando con la narrativa de ficción en el cine, sin embargo, siempre hay constantes que se mantienen, y que la mirada aguda encuentra.
En cuanto influencias no sé, artistas como tal, no. Soy un fruto de mi tiempo y de mi espacio como alguna vez escribió Vera Tyuleneva. Soy fruto de la cultura de masas, de la televisión, de los videojuegos, el internet, del ande. Todo eso me ha marcado. Hay muchos artistas que admiro; recuerdo que de niño me llamaba mucho la obra de Toulouse Lautrec, que también fue algo que me permitió acercarme al diseño. Pero si hablamos de influencia, creo que fueron los medios masivos los que me definieron mucho más que cualquier artista.
P. Queremos saber sobre tus personajes híbridos, ¿qué te influyó para la realización de dichos personajes?
R. Justamente, es de lo que venimos hablando. Estos personajes emergen de este proceso de búsqueda y de cuestionamiento en torno a la identidad. Se trata, creo, de la exploración en los fenómenos que la constituyen. Cómo somos moldeados en la actualidad, a través de procesos de aculturación y transculturación.
Por ejemplo, cómo un andino se forma con dibujos japoneses, programas infantiles alemanes, películas norteamericanas, libros y revistas. Bajo la influencia de una geografía tan particular y con una carga histórica tan potente, un espacio que condiciona el carácter de sus pobladores. De estas confrontaciones nacen los personajes de la serie de pinturas a la qué haces referencia.
P. ¿Es sencillo hacer arte contemporáneo en Cusco, en una ciudad donde prima lo tradicional?
R. Ser artista no es fácil, creo que en ningún lugar. Supongo que en algunos lugares no es tan complicado como aquí.
En Cusco puedes vivir del arte, sin embargo, hacer arte en Cusco es algo más complicado. Es decir, aquí hay mucho mercado para la artesanía. Si no te molesta reproducir cuadros de la escuela cusqueña, vírgenes, textiles, o hacer obra que encaje dentro de ciertos parámetros, puedes vivir tranquilamente, y vivir con comodidades. Sin embargo, si es que tienes necesidades explorarías, si tienes urgencias expresivas de otro tipo, Cusco no es un lugar en el que debas estar.
P. ¿Cómo crees que el público toma el arte contemporáneo en Cusco?
R. Disfrutar del arte deviene de la educación, si no existe una buena formación es muy difícil poder disfrutar del arte en cualquiera de sus formas. Todos sabemos que la calidad educativa en nuestro país es de las más bajas en el mundo, entonces es una ecuación sencilla.
P. ¿Piensas que el público en la ciudad del Cusco es muy tradicional o conservador como para recibir el arte contemporáneo?
R. Sí. Entre otras muchas cosas que pienso de nosotros.
P. A la mayoría del público no le gusta el arte contemporáneo por que se les hace muy difícil entender, ¿a qué crees que se debe esto?
R. Tiene que ver con lo que ya hemos mencionado, es un problema de educación. Aunque creo que vale hacer una aclaración, hay arte contemporáneo de todo tipo, desde la figuración más convencional, hasta el bodyart más transgresor. Creo que te refieres al arte conceptual, que sí, es el que tiene mayores anticuerpos.
Sin embargo, en el arte conceptual como en todo, hay de todas las calidades y para todos los gustos. Y regresando a la pregunta, creo que el entendimiento del arte, como todos los grandes problemas que tenemos, se resuelve con educación.
P. ¿Cuán importante ha sido las galerías de Cusco u otras ciudades para la exhibición de tus obras?
R. Galerías en Cusco no he conocido muchas. Quizás el intento más serio por hacer una galería aquí fue el de Elena Altamirano con la creación del Dragón Fractal, que intentó hacer bien las cosas. Había un esfuerzo por exponer artistas cusqueños y de otras ciudades, un esfuerzo por no ceder tan fácilmente a la seducción de la artesanía y los souvenirs al paso. Sin embargo, el mercado pudo más e igualmente terminó cerrando. Aunque vale la pena aclarar que la línea que tenía la galería no coincidía con mi obra, y por ello exhibí ahí solo en un par de oportunidades.
En donde tuve más espacio fue en el Fallen Angel, que gracias a Andrés Zuñiga, su propietario y gerente, se realizó un trabajo super importante con el arte contemporáneo de la ciudad. En el Fallen expusieron casi todos los artistas de vanguardia de la ciudad, los más jóvenes. Andrés es un coleccionista de gran gusto y sensibilidad, y si le gustaba tu trabajo, se esforzaba en darte un espacio y exponerlo. Sin embargo, el Fallen no era una galería como tal, era una obra de arte en sí misma, una mezcla entre una casona colonial cusqueña, un hermoso hotel boutique, galería, bar y mil cosas más, entonces no se si incluirlo en “galerías” como tal. Pero ahí vendí muchas obras, fue muy importante para mí, constatar que siempre hay alguien a quien alcanza tu obra.
La única galería verdadera con la que trabajé fue Galería Delbarrio, de Gabriela Tineo, en Lima. También un espacio diferente. Fue una muy grata experiencia. Gabriela es una amante del arte y tuvimos muy buena química, ella es una persona super honesta y cumplida. Ahí también tuve la oportunidad de exhibir y vender, participar en ferias de arte y otras cosas.
Y aterrizando en tu pregunta, estos espacios que mencioné fueron muy importantes para mí, por varios años me permitieron mostrar mi trabajo. Sin embargo, es importante comprender que, en el presente, los medios digitales, las redes sociales, pueden ser mucho más importantes que las galerías.
P. ¿Crees que el arte contemporáneo tiene sentido solo en algunos lugares y solo está dirigido para un público especifico?
R. No sé cómo responder eso. Creo que el arte no debe estar dirigido a nadie. Ni el contemporáneo, ni el conceptual, ni ninguno, creo que el arte es una urgencia, es algo particular a cada uno, y que un artista simplemente no puede rehuir. Y si en el camino una obra encuentra a alguien y lo toca, esa es una añadidura, un plus. Pero para mí, todo aquello que merece ser considerado arte, nace de uno y muere en uno. Nadie debe pensar en llegar a nadie; para eso está la propaganda.
P. ¿En los proyectos que trabajaste en arte hay alguno que sea el más importante que haya dejado una huella en ti y en tu público?
R. El proyecto más importante es aquel en el que estás trabajando, es la urgencia que te mantiene existiendo en ese instante.
Y para responder, si tuviese que mencionar alguno, me quedaría con el más reciente, el trabajo de curaduría que realicé dentro de la Bienal Interior Expansivo hace un par de años, el proyecto “Magna peccatrix, ego peccatrix”. Fue una experiencia muy gratificante.
P. ¿Qué opinas del arte en la actualidad?
R. No lo sé, siempre hay trabajos interesantes, aquí y en todo lado. Obras que te tocan y otras que no.
P. ¿En los últimos años has visto exposiciones que sean relevantes, alguna que te haya impactado?
R. No, hace mucho no veo una exposición que me genere algo de ese tipo.
P. En la actualidad estas más dedicado al cine, ¿planeas retomar las demás disciplinas más adelante?
R. Si, ahora estoy en la preproducción de mi primer largometraje de ficción y en el desarrollo del segundo. Si la pandemia lo permite, debo rodar este año. En cuanto a las demás disciplinas, aunque no hago muchos planes, pienso que sí, aún tengo un par de series en pintura y escultura que espero en algún momento me pedirán atención.