IGP y la primera medición de la capa de ozono
Por: Luis Suarez – Investigador científico del IGP

La capa de ozono es el escudo natural que tiene la Tierra frente a la intensa radiación ultravioleta (UV) solar. A lo largo de la evolución, este componente clave permitió la aparición de la vida sobre la Tierra al absorber cerca del 95% de la radiación UV. Sin embargo, desde décadas pasadas se ha producido una creciente preocupación debido a su deterioro en las zonas polares causado por las altas concentraciones de clorofluorocarbono en la atmósfera.

Para comprender este importante componente del planeta y sus variaciones espaciales y temporales, se hizo un gran esfuerzo internacional para implementar una red de mediciones en diversos lugares del mundo. Como parte de las iniciativas del Año Geofísico Internacional en 1957, y debido a la ubicación estratégica en el hemisferio sur del Observatorio Geofísico de Huancayo (hoy principal observatorio del IGP), se coordinaron acciones para su participación en dicha red. Esto se concretó en febrero de 1964, con la instalación de un espectrofotómetro Dobson (instrumento #87) por parte del servicio meteorológico de EE. UU. (actualmente como National Oceanic and Atmospheric Admistration, NOAA).

Este equipo basa su medición en registrar las diferencias de absorción de la radiación UV de dos pares de longitudes de onda. Con esta técnica, y apuntando al cenit del cielo, se realizaban mediciones de la columna total de ozono. Esta labor tuvo una continuidad de 28 años hasta diciembre de 1992, siendo una de las series de mediciones de la capa de ozono más largas del hemisferio sur. La base de datos tuvo controles de calidad por la NOAA debido a la necesidad de determinar con mucha precisión los cambios y tendencias. Esto incluía revisión histórica de las operaciones, pruebas periódicas del funcionamiento del equipo y actualizaciones de las calibraciones hechas respecto al espectrofotómetro Dobson de referencia (instrumento #83) instalado en la sede de la NOAA en EE. UU. Para esta labor, el IGP fue integrado en el programa de Vigilancia Atmosférica Global (VAG) de la Organización Mundial de Meteorología (OMM).

La calidad de los datos ha servido ampliamente a la comunidad científica para establecer la variabilidad típica de la región ecuatorial y tropical, mostrando su natural mínima variabilidad mensual en comparación con mayores cambios en latitudes medias y altas. Asimismo, los datos sirvieron para validar las mediciones satelitales que se empezaron a realizar en la década de los 70 por la NASA y presentados en una veintena de artículos científicos. Asimismo, valiosas personas aportaron a esta labor: Robert Grass instaló el equipo; Isidoro Samaniego de la Cruz realizó mediciones por cerca de 15 años; Carlos Nickl Wanka aseguró la continuidad a las mediciones y Robert Evans, técnico de la NOAA, hizo varios viajes para mejorar el funcionamiento del equipo. En ese camino, el IGP sigue realizando ciencia para protegernos, ciencia para avanzar.

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