Por: Carlos Meneses

“Queremos las evidencias de que se está haciendo bien o como antes una campaña que nos puede librar de amenazas de más muertes para eso hay que reactivar las bondades de la primera etapa, dejando de lado la soberbia, reiterando los frutos del ayer y las oportunidades de terminar exitosamente la protección de los niños y adolescentes que acuden a colegios y a institutos superiores de educación”.

Como evidencia de que las cosas no se arreglan en la campaña nacional de vacunación contra el coronavirus se han detectado errores que dificultan la continuación de los éxitos de la primera etapa de conseguir los inmunizantes y de aplicarlos como se pudo apreciar en el gobierno de Sagasti. Ahora han surgido inconvenientes en una nueva vacuna, la Moderna que se ha aplicado mal a los mayores de 70 años y a quienes están en la primera línea de combate al Covid-19.

La Defensoría del Pueblo a nivel nacional ha abierto un proceso de investigación para determinar las responsabilidades de que se hubiera colocado inmunizaciones con dosis duplicadas recibidas por ciudadanos que sufrieron malestares que normalmente no se han presentado.

Los asesores del actual ministro de Salud no han tenido buenas respuestas a la mano y en el extranjero ya conocen de las equivocaciones producidas, así como de las enmiendas que se intentan ahora.

Con la vida y la salud no se puede jugar, mucho menos cometer errores como los que se han relatado. Esto explicaría la ausencia de los que acuden a los vacunatorios, pues tienen temor de obtener resultados desfavorables

Si las investigaciones determinan responsabilidad en las autoridades de Salud, se deben imponer sanciones ejemplares que ojalá se produzcan en un gobierno que las elude, frecuentemente, sin importar lo que pase con los hombres de edades mayores o con niños cuyos padres no autorizan las vacunaciones.