El odio avanza
Por: Ricardo Montero – Periodista

Tenemos claro que podemos y debemos expresar con absoluta libertad, y absoluto respeto, opiniones favorables o contrarias a personas o acontecimientos.

El odio nos está acorralando y las redes sociales son el escenario adecuado para expresarlo. Lamentablemente, internet, que es el canal más importante para difundir información útil para la vida de todos los seres humanos, está siendo usado para divulgar opiniones políticas o de otra índole que animan a condenar, rechazar, despreciar y hasta a alimentar la violencia. El propósito mínimo es desacreditar y el máximo, qué duda cabe, es destruir.

Tenemos claro que podemos y debemos expresar con absoluta libertad, y absoluto respeto, opiniones favorables o contrarias a personas o acontecimientos. No obstante, el conflicto se desencadena cuando se usan las redes sociales para despreciar los valores. No existen límites para calumniar, injuriar, ofender, insultar. Se escupe sobre la intimidad poniéndose en peligro la convivencia en sociedad.

El problema de fondo es la tolerancia a este comportamiento. Se está normalizando la mentira, el chismorreo, la exageración y otras manifestaciones antiéticas, inmorales y hasta punibles. En esa línea, los niños y adolescentes de ahora deben ser educados en valores para disminuir la posibilidad de que en el futuro se transformen en agentes de demolición, por ejemplo, de personajes públicos como la folklorista Martina Portocarrero, quien murió el fin de semana. Ella dejó de existir víctima del cáncer en un hospital de Suiza. En el Perú, su memoria fue víctima de ataques de odio en las redes sociales.

El británico Tim Berners-Lee, quien inventó en 1989 la World Wide Web (WWW), lanzó antes de la pandemia del covid-19 una campaña para convencer a gobiernos, compañías e individuos de firmar un conjunto de principios agrupados en un “Contrato para la Red”, diseñado para defender una internet libre y abierta debido a que está siendo “dañada por los abusos con datos personales, el discurso de odio en línea, la manipulación política y el poder centralizado en un pequeño grupo de empresas de tecnología importantes”.

Berners-Lee ha sido contundente al analizar lo que está sucediendo en internet, en general, y en las redes sociales, en particular: “Hoy tenemos problemas con la maldad, con la misoginia, con el discurso de odio y la libertad de expresión, y el derecho a poder decir lo que se quiera colisionando contra la necesidad de las personas de ser respetadas en la web”.

La libertad para difundir lo correcto en internet es usada por aquellos interesados en influenciar a la población mediante la mentira, la exageración y el insulto. En la red es mayor la información buena que mala, pero el escándalo impacta más.

Estamos corriendo el riesgo de alcanzar la advertencia de Tim Berners-Lee: “En internet podemos pasar de la utopía a la distopía”, entendiéndose como distopía, según el diccionario de la Real Academia, como la “representación ficticia de una sociedad futura de características negativas causantes de la alienación humana”.

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