Por: Carlos Meneses

“Modernizar el Estado supone eficiencia en el trabajo de los organismos, lucha contra la corrupción y reforma en el Ministerio Público y el Poder Judicial”.

Antes de ahora habíamos escrito con respecto al proceso electoral de octubre próximo y del parecido con el que tuvimos antes. Hoy puede observarse en las provincias y distritos las numerosas propuestas de candidatos, muchos ellos repitentes en empeño y otros ilustres desconocidos.

Puede esperarse más de similares características al proceso vivido hace 4 años en gobiernos regionales, en comunas y es probable que ocurra lo mismo cuando lleguen las elecciones del 2026.

En todo caso la repetición de los errores no se explica, mucho menos se justifica. Lo peor es que solo indica que los motivos hoy lamentados con respecto al país empeoren y no mejoren.

Por de pronto deseamos precisar que en lo inmediato tenemos que bien escoger a nuestros presidentes regionales y a los alcaldes provinciales, distritales. Si tenemos acierto en lo primero, por qué no podemos tenerlo en lo segundo.

Será necesario fortalecer las organizaciones partidarias, dar, cada vez, mayor presencia a los profesionales de las especialidades para bien gobernar el país. Si no lo logramos o si lo logramos imperfectamente, ya sabemos cuál será el destino de la República.

En todo caso, para bien de las generaciones futuras debemos aprender la mala lección de ahora para enmendarla y no persistir en ella. La mejor forma es intensificar la lucha contra la corrupción que debe llegar ya a los niveles del juicio y la sentencia.

Así como dinamizar y cambiar la manera del comportamiento del Ministerio Público y del Poder Judicial, pues la justicia tardía no es buena para nadie. Una reforma real es que las instituciones del Estado cumplan su tarea en forma ejemplar y los magistrados en general sean objeto de vigilancia y fiel, cumplimiento de responsabilidades.