Por: Carlos Meneses

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“Las exigencias nacionales están orientadas a la solución de los problemas que hoy afligen al país y no necesariamente a una constituyente”.

El gobierno ha autorizado que a nivel nacional las regiones del país que alcanzaran niveles de vacunación del 80 por ciento pueden abandonar el uso de mascarilla de protección contra el coronavirus al igual que lo han hecho otras naciones del mundo que lograron la misma meta.

En el caso de Arequipa, Puno y Cusco, a diferencia de lo que pasa en Tacna y Moquegua, por referirnos a la región sur, nos falta alcanzar el objetivo que ya tiene Lima, la provincia constitucional del Callao, Ica y Ancash.

Debe resaltarse que el problema es más delicado en la vacunación infantil donde no se ha logrado concertar una campaña de comunicaciones eficiente para convencer a los padres de familia a colaborar en el empeño y así las clases presenciales se demoran. Además de poner en riesgo la seguridad de los escolares y universitarios.

Una vez más hay que mencionar la ausencia de entendidos en materia de propaganda y publicidad, así como el uso de todo lo que sea válido para convencer a los maestros, padres de familia, transportistas, policías, médicos y enfermeras a extremar cuidados con la niñez y la juventud.

Falta poco para completar la obra que por cierto no tuvo como contribuyente eficaz, de lo que se bien se empezó, al gobierno del presidente Castillo.

Es ahí donde debe mostrarse las bondades de la actual administración gubernamental y luego en el tratamiento del problema económico, esos son los asuntos urgentes, necesarios de resolver. Lo demás tiene su momento, su hora y esta última no parece haber llegado. Además, la propuesta de una constituyente está mal planteada, lo evidencia el que haya sido copiada como solución practicada en otras naciones que no han logrado con ello alcanzar mejor situación que la nuestra.