ANÁLISIS DE UN PSICÓLOGO: Radiografía mental del Plagio y el plagiador
Por: Luis Eduardo Daza

Hay dos tipos de plagios: plagios a exámenes y plagios de documentos (tesis, etc). Hay unos terceros, plagio de inventos, aunque menos frecuentes. En este artículo nos vamos a referir a las características psicológicas de un plagiador o plagiadora, pero primero voy a intentar aclarar al plagio y las principales causas que lo originan.

El plagio solo es posible frente a una pregunta tonta. En los exámenes tiene un responsable principal: el examinador que elabora el instrumento o examen. Estos elaboradores de instrumentos susceptibles de ser plagiados van desde docentes de la básica, hasta catedráticos y funcionarios de ministerios diversos, especialmente el Ministerio de Educación.

Basta que uno solo de los examinados plagie para calificar al instrumento o examen como negligente. Peor si el plagio es masivo a través de una filtración de la prueba antes de ser administrada. Hace algunos meses tuvimos la noticia de que la evaluación escrita que iba administrarse a los docentes en este país se había filtrado, por lo que gran cantidad de los examinados ya conocían las preguntas que se les iba a formular. En este caso tenemos varios tipos de negligencia, no solo la de los elaboradores de la prueba, de los que hablaremos más adelante, sino también de los burócratas encargados de su cuidado.

Antes de proseguir analicemos al examen como instrumento de evaluación, instrumento que calificó en mi obra “Motivación, Emoción y Neurociencia para Maestros Altamente Competentes” como un instrumento que no mide nada, más bien como una pistola apuntando a la sien, en otras palabras, como una amenaza, casi como un acto de extorsión simbólica: si no sabes esto o el otro, repites, o te desapruebo, o te saco de carrera. Es lamentable que procesos psíquicos tan nobles, como el aprendizaje sean objeto de instrumentos tan afilados y violentos como es el examen ¿Acaso no hay otras formas de evaluación más elevadas para constatar el mérito de los examinados, sean alumnos, docentes u otros profesionales? Claro que sí. Hay otras formas de examinación imposibles de copiar. Los exámenes no miden nada, carecen de absoluta validez ¿Saben los lectores cuántos procesos psíquicos hay involucrados en una respuesta? Probablemente no. Los adefesiosos, ridículos y pretenciosos exámenes escritos que se administran a niños, jóvenes y adultos no auscultan la esencia del aprendizaje. El puntaje obtenido a través de este pernicioso instrumento es un dato insubstancial, dado que solo proporciona información de un grupo de recuerdos. ¿Quiere el lector que pruebe esta afirmación? Un examinador, profesor o no, entra a clase, observa a sus apretujados examinados, 20, 30, 40, o más y les dice enérgicamente: “les voy a tomar un examen, guarden todo, libros, cuadernos, el teléfono móvil, no quiero ver nada encima de las carpetas. Absolutamente prohibido conversar”. ¿Y qué tipo preguntas hay en la prueba? Las siguientes: ¿Cómo se llama la abuelita de Tupac Amaru? A: Perico de los Palotes B. Micaela C. Marilyn. D. Las dos primeras E. NA. O esta otra interrogante de intrincada complejidad: Diga si el concepto SÏ constituye una idea afirmativa. A. Sí. B. No. C. Tal vez. D. Imposible saberlo. E. Es una paradoja homeostática desequilibrante. Las preguntas tontas que ofrecen los exámenes estandarizados son, en definitiva, una clara tentación al plagio, a través del soplo – de oído a oído- o a copiar la respuesta abriendo clandestinamente el texto, cuaderno o móvil, o llevando papelitos con letra diminuta. En resumen, solo se puede plagiar un examen con preguntas que miden recuerdos. Porque es indudable que las respuestas a las interrogantes se encuentran hechas, fabricadas como bloques en textos, cuadernos o en Google.

Totalmente contraria es una pregunta inteligente que exige a los examinados a pensar, colegir, relacionar, profundizar. El profesor entra al aula, observa y saluda a sus estudiantes y les dice: “Les voy a tomar un examen, atentos a la pregunta: Una gota de agua que la cae a un mosquito es como si le cayera a un hombre 50 kilos, lo aplasta. ¿Por qué entonces pueden volar los mosquitos bajo la lluvia? Pueden abrir sus libros, sus cuadernos, o navegar en Google con su teléfono, es más, pueden conversar entre ustedes. Quiero una respuesta bien explicada en 30 minutos, si requieren más tiempo solo me avisan para concederles”. Este tipo de preguntas no tienen respuestas hechas en ningún lado, imposible plagiarlas. Los examinados deberán asociar varias disciplinas, como química, física y biología molecular. Como puede desprenderse, en este caso, el concepto del examen es 180 grados distinto al tradicional, el susceptible de plagiarse, el de las preguntas bobas. En este caso la evaluación de los aprendices busca identificar que tan competentes son para utilizar sus cualidades mentales en búsqueda de la verdad, no para reproducirla o repetirla. Resumiendo, las preguntas inteligentes, las que nunca se toman en un examen, privilegian la producción de conocimiento, ponen +énfasis en la búsqueda de la verdad, de manera grupal, haciendo que los evaluados intercambien ideas, puntos de vista, pareceres, conversen. Y los exámenes tradicionales, los que se vienen administrando ahora, en pleno siglo XXI, ponen énfasis en la reproducción del conocimiento, o sea, repetirlo mecánicamente, plasmarlo en una hoja (por eso resulta odioso estudiar, no tiene ningún sentido ese esfuerzo) Ya basta de exámenes intrascendentes y abusivos. Examinemos el mérito merituadamente, con preguntas inteligentes que permitan consultar textos, google y conversar entre los evaluados. Cualquiera de las evaluaciones escritas que se administran ahora, que requiera guardar todo y no conversar es un elogio a la estupidez. ¿No se dan cuenta? Que no quepa duda, con esas indigentes preguntas siempre habrán plagiadores

Con diferencias en matices un plagiador tiene este perfil mental:

  • Inmoral. Aunque el filósofo ingles Hobbes (1588) afirmó que el hombre en general es corrupto, que el único hombre no corrupto es aquel que nunca fue tentado. Si esto es verdad, es posible que los no plagiadores no lo practiquen no porque sean férreamente buenos, sino por temor a ser descubiertos. Así que nuestros amigos “decentitos” no se digan conmigo no es, o se pongan a silbar al techo. Aunque siempre hay excepciones, hombres y mujeres buenos a prueba de balas ( que resisten a tentaciones irresistibles) Qué pena, no son los +.
  • Inseguro.– Este tipo de ser humano siempre necesita muletas psicológicas en que sostenerse, se siente incapaz, convicción que termina por convertirlo en incapaz.
  • Inteligencia limítrofe o sospechosa.-No logra percatarse que una tesis es lo más sencillo que hay. Además, emocionante. Aunque vale aclarar que casi todos los docentes que enseñan investigación la presentan como un cuco, la complejizan sospechosamente, son unos verdaderos neuróticos didactogénicos, o sea, que en vez de enseñar, estimulan traumas relacionados con lo que enseñan. Un buen profesor de investigación jamás tendrá un discípulo tentado a plagiar. Hacer una tesis es una de las experiencias más emocionantes que pueda experimentar un ser humano. Y repito, es muy fácil hacerla.
  • Temerario.– Dispuesto a asumir riesgos. Se la juegan. Además, lo excitan las cosas prohibidas, no le encuentra sentido a la vida si no trasgrede principios y normas establecidas
  • Astuto.-Cuando te falta inteligencia te sobra astucia. La astucia es la capacidad básica y adaptativa para identificar en el entorno los elementos que te permitan sobrevivir. En el plano simbólico o conceptual, encontrar los recursos que posibiliten lidiar con algunos requisitos (exámenes, tesis, etc) El astuto casis siempre está desprovisto de rigideces morales. Eso, se dicen, es para los …. En ese sentido, el mayor anhelo del peruano promedio es ser un pendejo, su máximo temor, su antónimo. Un ejemplo viviente de astucia es Susy Díaz, cuyo máximo anhelo en la década de los 90, era aparecer en portada de los periódicos baratos, con poca ropa. Y lo conseguía, armando sus propios escándalos, previa coordinación con medios escandalosos. Cuando los astutos se juntan son peligrosos y se tornan en antisociales, dan lugar a mafias, organizaciones criminales, partidos políticos. Hace algunas semanas se ha descubierto una mafia de suplantadores de exámenes de ingreso.
  • Perezoso.– En este caso, estrictamente para el trabajo que requiere pensar. Es un ocioso mental. Lo que significa que puede ser diligente y laborioso para tareas no reflexivas, automáticas.

Tiene cara de palo, totalmente inexpresiva al momento de revisar, clandestinamente, algunos datos copiados en papelitos. Esa cara de palo se transferirá a otras situaciones donde debe hacer trampa, incluidas las trampas afectivas o infidelidad.

DATO

Así que amigo profesor, si alguien te plagia, qué vergüenza, significa que no sabes plantear preguntas, o que sigues insistiendo en administrar pruebas escritas que hace rato debieron desparecer como forma de evaluar aprendizajes. Examina el mérito merituadamente.

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