El desafío del servicio público
Por: Lourdes Sevilla Carnero

Cuando hablamos de servir en el Estado, diferentes atributos vienen adheridos al concepto, como vocación, compromiso, empatía, bien común, articulación y orientación a resultados. Pero como ocurre con todas las esferas de la vida, siempre hay divergencias en el camino, y es necesario recordar y practicar para interiorizar estos atributos y no perder el sentido real de lo que implica el servicio público.

Estos dos últimos años, por la pandemia de covid-19, han sido quizá el desafío más grande que hemos afrontado los países en el mundo. Y en ese contexto complejo, el papel del Estado y de los que lo conformamos ha sido clave para adecuar los procesos de gestión pública, de manera que continuemos brindando respuestas a las necesidades de la población.

Para el Programa Nacional Cuna Más del Midis, este desafío significó elevar a la máxima potencia los atributos mencionados, a fin de cumplir con la misión confiada por la nación: promover el desarrollo infantil temprano y contribuir al cierre de brechas en el desarrollo físico, cognitivo, social y emocional de las niñas y los niños, menores de 36 meses, que atiende el programa a escala nacional. No ha representado tarea fácil. Sin embargo, el resultado traducido en las innovaciones, así como las nuevas herramientas de acompañamiento familiar diseñadas para mantener ininterrumpidos el cuidado y la atención integral de nuestras usuarias y usuarios, nos posibilita afirmar que fuimos capaces de proporcionar una respuesta oportuna, y sin perder la calidad en nuestra atención.

En diez años de servicio a la primera infancia, desde que entró en funcionamiento –en la modalidad piloto– en el distrito de Socos, Ayacucho, el primer centro infantil de atención integral del servicio de cuidado diurno, y del funcionamiento del servicio de acompañamiento a familias en la comunidad de Chalco, en la misma región, la pandemia ha significado para este programa social un punto de inflexión sobre cuán impostergable es la misión encomendada. Porque si nuestra niñez usuaria perdiese un día de atención, ese tiempo valioso en los primeros años de vida no se podría recuperar. Una consecuencia que no nos podemos permitir.

Por ello, al conmemorar el Día de la Servidora y Servidor Público, queremos reconocer a las mujeres y hombres que sirven al país, en especial a los que conforman este importante programa social. En igual medida, expresar nuestro respeto a los casi 1.4 millones de servidoras y servidores públicos que –según Servir– contribuían hasta el 2021 con la administración del Estado.

Decidimos este camino de servir en el Estado porque creemos y apostamos por el desarrollo del país. Y en nuestro caso, por asegurar el derecho a una primera infancia más saludable, segura y feliz.

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